El derretimiento de los hielos del planeta y el calentamiento de los océanos están generando una subida del nivel del mar y una sobrecarga de energía, que se descarga en forma de temporales cada vez más violentos y que penetran más en la costa, provocando, junto a otros factores, mayores daños, como estamos viendo estos días en el Mediterráneo español", han denunciado los ecologistas.
A través de un comunicado, recogido por Europa Press, Greenpeace recuerda que la revista científica 'Science' ha reconocido que la última década ha sido la más cálida en lo que se refiere a temperaturas oceánicas, con récord en 2019, y que la tendencia sigue al alza, por lo que cabe esperar que los episodios serán cada vez peores.
En el caso del Mediterráneo, explica Greenpeace, el aumento de la temperatura, entre otros factores, permite que los temporales de invierno estén siendo más intensos y recurrentes, agravándose el impacto en zonas habitadas como la costa española. Como ejemplo, pone a la Comunidad Valenciana, en donde el 74% del litoral ya está urbanizado.
La responsable de la campaña de Costas de la organización ecologista, Pilar Marcos, ha apuntado que, "ante la ocupación de ramblas, estuarios y zonas del litoral que han vulnerado la Ley de Costas o se les ha otorgado concesiones de ocupación hasta por 75 años más, es urgente que se reforme la Ley de Costas". "Pero esto es solo el principio: si superamos el 1,5ºC, los impactos en la costa serán mayores", ha declarado.
Expedición "de Polo a Polo"
Precisamente, para alertar y estudiar estos fenómenos, los barcos de Greenpeace han recorrido durante más de un año los mares del planeta, desde un polo al otro, realizando paradas en el Ártico, la dorsal medio atlántica, el mar de los sargazos o las aguas sur atlánticas, señalando las áreas que necesitan ser protegidas con más urgencia.
Esta semana, la expedición ha llegado a la Antártida, que es un importante barómetro de cómo el cambio climático está afectando a nuestro planeta. Regiones de la Antártida se están calentando tres veces más rápido que otras áreas de la Tierra, explican los ecologistas. De hecho, apuntan, recientemente se registró el día más cálido de su historia: 17.5°C.
Greenpeace señala que, a finales de marzo, se llevará a cabo la última de las cuatro rondas de negociaciones en la ONU para alcanzar un Tratado Global de los Océanos que proteja, para 2030, un tercio de las aguas internacionales de las actividades humanas dañinas. Un objetivo solicitado por los científicos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y apoyado ya por un amplio número de gobiernos.
Del mismo modo, indica que la declaración de emergencia climática del Gobierno de España debe garantizar los cambios urgentes y necesarios para no superar, en 1,5 grados, la temperatura global y, para ello, debe conseguir una ambiciosa reducción de emisiones en sectores claves como el energético, el transporte, el agrícola y el industrial y que se tenga en cuenta el papel de los ecosistemas en la lucha contra el cambio climático.
En este sentido, apuntan que la Ley de Cambio Climático debe contemplar, entre otras cosas, la descarbonización completa de la economía (balance neto nulo entre las emisiones y la capacidad de absorción por los ecosistemas) en 2040, así como el objetivo de reducción de emisiones del 55% en 2030 respecto a 1990.