Dos personas se encontraban en el hotel NH al cierre de los colegios electorales zamoranos: José Antonio Bartolomé y Francisco Requejo. A medida que iba subiendo el porcentaje de voto escrutado, el primero paseaba nervioso por los alrededores del hotel mientras el candidato a la alcaldía recargaba la página del Ministerio del Interior para conocer cómo le estaba yendo a los naranjas.
Mientras se convencían de que los resultados estaban siendo muy positivos para la provincia de Zamora, el porcentaje de votos comenzaba a acercarse al del Partido Popular hasta que, finalmente el Ministerio de Interior informaba de que Ciudadanos tenía provisionalmente un diputado zamorano en la Cámara Baja. Entonces, las cabezas visibles comenzaban a gritar tímidamente, sin perder de vista el resultado.
A medida que llegaban los compañeros, la agrupación naranja iba viendo cómo su diputado se iba estableciendo en el Congreso de los Diputados, y los abrazos y las felicitaciones por el trabajo realizado en este día y en la campaña se sucedían.
Todos señalaban a José Antonio Bartolomé, que era el primero en tomar la palabra. “Los zamoranos han entendido nuestro mensaje. El cambio está en Zamora, en la ruptura del bipartidismo”. La progresión de Ciudadanos era uno de los temas recurrentes en el breve discurso, en el que el candidato aseguraba que “cada vez que se abren las urnas, Ciudadanos crece”.
Requejo, próximo candidato a la alcaldía, sería el encargado de los agradecimientos. No se quiso olvidar de la anterior directiva del partido, ni “del el granito de arena que han puesto”. Ya centrándose en los afiliados presentes, les daba las gracias por el trabajo que habían realizado en la jornada electoral. A los zamoranos que les habían votado, les aseguraba que su partido no les iba a defraudar, recordándoles los orígenes de los candidatos de la agrupación naranja. “La gente que venimos de la sociedad civil podemos cambiar las cosas”.
Con el Senado prácticamente perdido, los afiliados continuaban festejando el triunfo en la Cámara Baja, entre canapés, vino y abrazos.
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