Coche fúnebre, esquelas, coronas de flores, tanatorio, inhumación o incineración… Todo sube en una cesta de la compra que se dispara al fallecer. En total, el precio que los zamoranos se suelen gastar llega a los tres mil euros, aunque solo eso es lo que se puede gastar alguien en un ataúd.
Y es que pueden existir miles de variables que afecten al precio del entierro y dependiendo de las circunstancias y el lugar, el precio de un funeral, puede variar de manera más que considerable. De hecho, según la Organización de Consumidores, hay mucho hermetismo en el sector y las tarifas dependen de muchos factores. Las cajas, por lo general, sigue siendo uno de los elementos más caros del sepelio tradicional. Así, estas oscilan entre los 700 euros hasta los más de 9.000, aunque lo común es gastarse algo más de los mil euros.
A ello hay que sumar otros gastos tradicionales como las flores, que ya en los últimos tiempos estaban dejando de ser coronas, más caras; el coche fúnebre, también con diferentes precios por kilometraje; o el tanatorio, que ronda los quinientos euros las 24 horas.
Estos son los servicios más utilizados en este mal trago, aunque existen muchos extras. Uno de ellos es la esquela, que tienen una variación de precio extraordinaria, desde los 90 euros. La tramitación de la documentación también cuesta más de 150 euros, aunque si existe traslado sigue aumentando. Estos precios en ocasiones pueden estar cubiertos por los seguros contratados.
Entre los servicios que suelen ofrecer las funerarias se encuentran el vestir el cadáver; el cargado; la mesa o el libro de firmas; o la utilización de la sala de tanatopraxia.
En cuanto a los precios de la inhumación e incineración, estos también son variables. En el caso de la inhumación supera los quinientos euros, mientras que la incineración ronda los novecientos. Todo ello puede alcanzar precios desorbitados, si bien el precio que, de media, se suele gastar un zamorano ronda los tres mil euros.