El modelo de estación automática se implantó en España a partir de 2013, con la ley de liberalización del mercado de la venta al por menor del carburante. Desde entonces, ha constituido una alternativa a las estaciones tradicionales, proporcionando un servicio eficiente, seguro y con un precio muy competitivo.
Este modelo tiene en Europa una fuerte presencia, llegando a alcanzar en algunos países, como Dinamarca, más del 60% del mercado, informó la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae).
"Todos los sectores, tanto de la industria como de los servicios, han ido evolucionando a lo largo de la historia gracias a los avances tecnológicos. Del mismo modo las gasolineras automáticas son la evolución natural de las gasolineras tradicionales: se han adaptado a los tiempos como los que estamos viviendo", señala el presidente de la asociación, Manuel Jiménez Perona.
En estos momentos de dificultad por la pandemia, las estaciones automáticas ofrecen un servicio "doblemente seguro". Así, Jiménez Perona destaca que el cliente no solo reposta en una estación que tiene operativos todos los sistemas de seguridad conforme a la legislación vigente, "sino que reposta en una estación limpia, con los elementos de protección personal para un repostaje seguro y sin riesgo de contagio". "Por eso afirmamos que nuestro repostaje es doblemente seguro", añade.
De esta manera, pese a que las ventas han bajado entre un 70% y un 90%, los socios de Aesae continúan prestando este servicio sin incidencias, siendo "conscientes del papel que desempeñan para que España no se paralice".
"Desde el primer día de la crisis, nuestras estaciones decidieron permanecer abiertas las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y además bajamos los precios del combustible, trasladando así a nuestros clientes la bajada del precio del petróleo, para que esa disminución contribuyera al ahorro de las familias", indica Jiménez Perona.
En concreto, una de las ventajas que ofrece el modelo automático es que es un modelo resiliente. Es decir, que tiene la capacidad de adaptación a la situación actual, sin mermas en la seguridad ni en el servicio, ya que puede operar sin presencia de personal en la estación, aunque ésta es vigilada a distancia, limpiada y desinfectada periódicamente, destaca Aesae.
Además, la asociación considera que las gasolineras automáticas, "por una regulación sin parangón en Europa", están limitadas para ofrecer su servicio a los vehículos de gran tamaño, como son camiones y grandes turismos, por lo que la legislación española les limita su oferta y estos clientes ven mermado su derecho a elegir donde repostar.
De esta manera, afirma que la limitación de repostaje de 75 litros, que deja fuera a los grandes vehículos, se aprobó "sin ninguna base científica y sin motivación alguna".
"Esta restricción, con esta pandemia, es todavía más cuestionable, pues los vehículos cuyos servicios son básicos para mantener las actividades conocidas como esenciales, no pueden repostar en nuestras estaciones, que son las únicas que ofrecen un repostaje doblemente seguro, las 24 horas del día los 7 días de la semana. Esto es absurdo e incoherente. Esperamos que esta situación permita a la Administración revisar esta limitación que carece de fundamento alguno", añade Jiménez Perona.