Muchos de los accidentes de tráfico que tienen lugar en las carreteras tienen que ver con infracciones del propio conductor. Entre ellos se encuentra la ingesta del alcohol y la conducción posterior, superando los límites permitidos, de 0,25 miligramos por litro de aire espirado (0,15 en los noveles).
Ante ello, y aprovechando una tecnología cada vez más rápida, fabricantes de coche ya están innovando en este sentido para que el propio vehículo detecte la presencia del alcohol en el organismo del conductor y así que este no pueda conducir.
De hecho, parece que este tema 'futurible' no lo es tanto. Algunas compañías ya han anunciado que la intención es que en 2020 todos los vehículos que vendan vengan equipados con este sistema, que detiene el coche si hay alcohol en el conductor.
Lo hace a través de unas cámaras situadas en el interior del coche. Si esto ocurre, reduciría la velocidad y emitiría señales de advertencia hasta que se realiza una llamada del servicio para comprobar si el conductor está ebrio. Si se considera que el comportamiento no es el adecuado, el mismo coche reduciría la velocidad hasta encontrar finalmente un lugar para aparcar.
La 'futurible' tecnología que comprobará si los conductores están borrachos llega en 2020
Una cámara vigilará la ebriedad del conductor y detendrá y aparcará el vehículo si lo considera necesario. Algunas compañías ya lo están implementando.
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