La temporada de ferias y verbenas se extiende en todo el Estado principalmente entre los meses de abril a octubre, un periodo en el que el colectivo de feriantes, formado en un 98% por autónomos y pequeñas empresas familiares, obtiene los ingresos para subsistir todo el año. Pero la pandemia les ha pillado antes del inicio de la temporada, por lo que la inmensa mayoría lleva sin facturar desde octubre, y se prevé que los festejos populares no se vayan a permitir antes de noviembre, cuando ya la temporada ha finalizado. Esta situación va a provocar situaciones críticas para muchas familias, alguna de las cuales ya han empezado a depender de la beneficencia para subsistir.
“Algunos compañeros han tenido que solicitar ya la ayuda de Cáritas o Cruz Roja porque no pueden hacer frente a sus necesidades diarias. Y esto no ha hecho más que empezar, pues si no vamos a poder ingresar nada hasta la temporada de 2021, para muchos va a ser imposible hacer frente a este año en blanco, ni siquiera con estas ayudas”, explica Fernando Piqueras, presidente de la Asociación Cultural Unión de Feriantes de la Comunidad de Madrid (ACUFCAM).
Al tratarse de una actividad estacional, muchos feriantes se dan de alta en el Régimen Especial de Trabadores Autónomos (RETA) exclusivamente para los meses de abril a octubre. “Su volumen de negocio no les permite asumir el pago de la cuota de autónomos durante todo el año, así que esta crisis les ha pillado fuera del sistema, y no pueden acogerse a las prestaciones extraordinarias por cese de actividad que ha aprobado el Gobierno, así que tienen cero ingresos y tampoco derecho a ayudas”, apunta Piqueras, quien calcula que aproximadamente un 70% de los miembros de su asociación se encuentran en esta situación.
Por otro lado, para tener sus atracciones en permanente estado de control, los feriantes deben asumir una serie de costes de mantenimiento, compra de maquinaria, pago de impuestos de vehículos de tracción mecánica, seguros de multirriesgo y de responsabilidad civil, etc., para lo que en muchos casos solicitan créditos personales que les permitan hacer frente a todos estos gastos y comenzar la temporada en condiciones óptimas. “Una temporada que esta vez no ha llegado, y no tendrán ingresos para pagar esos préstamos, lo que puede derivar en embargos, desahucios o en su inclusión en listas de morosos”, asegura el presidente de ACUFCAM.
En torno a 30.000 familias de toda España viven de las ferias populares, pero, además, el sector genera un gran volumen de empleo indirecto, entre distribuidores de productos de alimentación, juguetes y regalos, empresas de alquiler de carpas y escenarios y de grupos electrógenos, talleres, técnicos, compañías de seguros, etc. Asimismo, también los comercios locales próximos a los recintos feriales incrementan esos días sus ingresos, lo que contribuye al crecimiento de la economía local.
Por todo esto, las asociaciones del sector solicitan ayuda a las diferentes administraciones públicas, en forma de acceso a créditos ICO con 12 meses de carencia desde el inicio de la actividad, exención de determinados impuestos, entre los que se incluyen como partida destacada las tasas municipales por ocupación de vía pública, y algún tipo de apoyo económico que les permita llegar a la temporada de 2021 para poder recuperar su actividad y volver a estimular la diversión de la sociedad y el desarrollo económico de los municipios.
Los feriantes denuncian la precariedad y el futuro incierto del sector
Aproximadamente un 70% son autónomos que sólo se dan de alta durante la temporada (de abril a octubre), por lo que la crisis les ha sorprendido fuera del sistema y no tienen acceso a las ayudas extraordinarias por cese de actividad.
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