La Federación Salud Mental Castilla y León y la entidad YMCA han firmado un convenio de colaboración con el objetivo de establecer líneas de colaboración centradas en la promoción de la empleabilidad de los jóvenes en riesgo de exclusión y/o con problemas de salud mental. En la firma que se ha formalizado hoy, en la sede de la Federación, han participado el gerente de la misma, Ángel Lozano de las Morenas; y Susana Pachón Sastre, coordinadora de Empleo y Formación de YMCA de Castilla y León.
“A través de este convenio de colaboración, adquirimos el compromiso de incluir a las personas candidatas derivadas por YMCA en nuestros procesos de selección de personal”, asegura Lozano. Por su parte, desde YMCA “nos comprometemos a poner a disposición de la Federación Salud Mental Castilla y León nuestros servicios especializados de formación, orientación e intermediación laboral; concretamente en las provincias de Valladolid y Salamanca donde desarrollamos nuestra actividad”, añade Susana.
Este tipo de marcos colaborativos “vienen a formalizar la consolidación de sinergias que nacen de forma espontánea entre entidades de carácter social cuyo último y máximo objetivo está siempre centrado en mejorar y favorecer la calidad de vida en colectivos desprotegidos o en riesgo de exclusión social”, afirman ambas partes.
A lo largo del pasado ejercicio de 2018, desde las diferentes áreas de empleo del movimiento asociativo Salud Mental Castilla y León, coordinadas desde la Federación, se ha intervenido con más de 900 personas con discapacidad, de los cuales más de 200 eran jóvenes inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil. La entidad cuenta con una amplia red de orientación laboral que desarrolla su trabajo desde sus once asociaciones provinciales y 15 delegaciones rurales.
Por su parte, YMCA desarrolla, entre otros, el Programa NMARCHA de Itinerarios individualizados de orientación profesional para jóvenes inscritos en el Sistema de Garantía Juvenil, financiado a través del Fondo Social Europeo y la Iniciativa de Empleo Juvenil. Pretende dar respuesta a las necesidades de jóvenes no ocupados ni integrados en sistemas de educación o formación, prestando especial atención a aquellos en situación de riesgo de exclusión social, a través de intervención individual e integradora buscando el empoderamiento del joven y dotándole de las herramientas necesarias para afrontar de manera eficiente y positiva uno de los momentos clave en su proceso de maduración e inserción social. Durante el periodo 2016-2018 han sido atendidos un total de 709 jóvenes, de los/as cuales 410 han conseguido un empleo y 153 se han integrado en los sistemas de educación o formación. “Este programa se ha iniciado de nuevo para su ejecución en el periodo 2019-2022”, añade Sastre.
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