El pie diabético es un marcador de morbi-mortalidad, por lo que la evaluación general del paciente, de su enfermedad y comorbilidades, así como los programas de detección precoz y prevención, son claves en el manejo de estos pacientes.
"Suelen presentar muchas comorbilidades y con frecuencia son frágiles, aún sin tener edad avanzada; tienen más del doble de mortalidad que una persona con diabetes sin esta complicación y presentan generalmente un perfil psicosocial adverso, haciendo que sea más vulnerable ante la enfermedad y ante el entorno", ha explicado el responsable de Endocrinología de la Unidad Funcional del Pie Diabético del Hospital Príncipe de Asturias (Madrid), José Antonio Rubio.
En las personas con diabetes resulta fundamental efectuar un adecuado control de la glucemia, lípidos, tensión arterial y hábito tabáquico. Sin embargo, en aquellos que presentan pie diabético resulta especialmente importante adecuar el grado de control de estos factores de riesgo a la situación particular de cada paciente.
Se recomienda, por ejemplo, evitar el sobretratamiento en lo que respecta al control glucémico y de la presión arterial, "que podría condicionar peores resultados a corto- medio plazo, pero a su vez hay que ser exigente en el control del perfil lipídico y tabaquismo", ha matizado Rubio.
Al mismo tiempo, el experto ha destacado la importancia de considerar los múltiples factores que condicionan la aparición de las lesiones en los pies, como son cuidados preventivos y la organización de atención sanitaria en esta complicación que en muchas ocasiones está desatendida.
En esta mesa conjunta de la SED con Medicina Familiar y Comunitaria se presentan los resultados del grupo de trabajo multidisciplinar de Pie Diabético de la SED, que ha desarrollado un mapa de competencias para la atención del pie diabético en diferentes escenarios, donde se detalla que actuaciones se deben llevar a cabo en determinadas circunstancias y qué profesionales son los que poseen esa competencia, y por lo tanto se puede garantizar un manejo adecuado al paciente.
"El principal objetivo era definir un mapa de competencias y determinar el número mínimo de profesionales que formarían una unidad multidisciplinar de pie diabético", ha dicho el director clínico y jefe de la Unidad de Pie Diabético de la Clínica Universitaria de Podología de la Universidad Complutense de Madrid, José Luis Lázaro.
A su juicio, con esta información los centros asistenciales podrían planificar los recursos humanos necesarios y saber mejor cómo cubrir las deficiencias de algunos profesionales imprescindible en la atención del pie diabético. En este sentido, el mapa de competencias elaborado se asienta en el rigor, el consenso y la colaboración.
"La principal fortaleza de estos datos se derivan del consenso alcanzado por parte de todos los profesionales inmersos en el proyecto, que ha logrado un 95 por ciento de acuerdo en la definición de competencias y profesionales responsables de las mismas", ha destacado Lázaro.
De esta forma se acabaría también con algunas incongruencias que existen actualmente en España en el abordaje del pie diabético. "En España, como en otros muchos países, hemos empezado la casa por el tejado, poniendo el foco en las Unidades de Pie Diabético en Atención Especializada y nos hemos olvidado de Atención Primaria", ha apostillado el experto.
Y es que uno de los aspectos clave para optimizar la prevención y abordaje del pie diabético es la adecuada ponderación del papel que debe jugar la Atención Primaria. En concreto, a juicio de Lázaro, el médico de Familia es esencial en el correcto manejo de la enfermedad de pie diabético.
"En esta complicación los profesionales de Atención Primaria (tanto médicos como profesional de enfermería) desempeñan un doble papel crucial: identificar y estratificar el pie de riesgo para proporcionar qué pacientes se beneficiarían de cuidados preventivos, y también para adecuar control al nivel de riesgo del paciente (considerando su vulnerabilidad y alto riesgo cardiovascular); efectuar los cuidados iniciales del paciente con lesión o pie complicado, identificando qué casos (por su complejidad y/o gravedad) deben ser remitidos a unidades multidisciplinares y especializadas en la atención del pie diabético", ha apostillado Rubio.
En base a este hecho, los expertos reunidos en este foro consideran que el médico de Familia debe incorporar a sus protocolos de manejo del paciente con diabetes las recomendaciones sobre la evaluación y estratificación del riesgo de padecer una úlcera de pie diabético.
Además, como ha detallado Lázaro, este profesional sanitario debe coordinar de forma ágil la derivación del paciente a centros especializados en el caso de complicaciones como la infección y/o la isquemia, debe seleccionar de forma adecuada la terapia antibiótica más adecuada y limitar su prescripción a eventos de infección diagnosticada, tiene que valorar y prescribir pruebas diagnósticas que determinen la gravedad del proceso o que descarte ciertas complicaciones.
Los expertos en pie diabético reunidos en este foro coinciden en señalar que, sin un buen abordaje desde Primaria de este problema, subsistirán fallos de prevención, diagnóstico y derivación. "El sistema sanitario debe adaptase para la atención del paciente con pie diabético en un contexto de paciente crónico, donde se garantice un adecuado seguimiento del paciente y exista una correcta continuidad de cuidados éste abandone el hospital", ha aconsejado Lázaro.
Expertos lamentan que los podólogos no estén incorporados en el SNS
Expertos reunidos en una redonda multidisciplinar celebrada en el marco del congreso virtual que está celebrando la Sociedad Española de Diabetes (SED), han lamentado que, a pesar de que más de un 50 por ciento de las competencias necesarias para manejar el pie diabético se asocian a la figura del podólogo, este profesional no está incorporado plenamente en el sistema público de salud.
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