Como si de una película de ciencia ficción de los años 70 se tratase, nuestra vida poco a poco se ha transformado en digital. Cada vez son más los dispositivos electrónicos que nos ayudan y se han tornado fundamentales en nuestro día a día: smartphones, smartwatches, tablets o asistentes virtuales forman parte de nuestro día a día de una manera casi hasta necesaria.
Esa ‘dependencia’ tecnológica se ve de manera más clara entre las generaciones más jóvenes, obteniendo una falsa sensación de controlar totalmente la vida digital y disfrutando de ella. Sin embargo, recientes estudios demuestran que eso no es así, sino que todo lo contrario, y que ese uso digital provoca una necesidad imperiosa cuando no se utilizan los dispositivos.
De hecho, dos estudios presentados en la convención anual de la Asociación Americana de Psicología demuestran que la gente que abusa de la tecnología, especialmente de los smartphones, se muestra más distraída, distante y agotada, y destaca que los jóvenes que usan constantemente los móviles en las interacciones con los amigos disfrutan menos de las interacciones cara a cara y se muestran ansiosos.
Así, dichos estudios dan buena cuenta de la “verdadera necesidad” de dejar los móviles cuando se está con los amigos (ni siquiera postear selfies o imágenes) para así disfrutar realmente de la interacción con las personas de nuestro alrededor.