"Nuestros resultados ofrecen la primera evidencia de una contribución positiva del consumo de té a la estructura cerebral, y sugieren que beber té regularmente tiene un efecto protector contra la disminución de la organización cerebral relacionada con la edad", han dicho los expertos.
Estudios anteriores habían ya demostrado que la ingesta de té es beneficiosa para la salud ya que ayuda a mejorar el estado de ánimo y puede prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares y el riesgo de deterioro cognitivo en las personas mayores en un 50 por ciento.
Ahora, los investigadores, que han trabajado en colaboración con científicos la Universidad de Essex y la Universidad de Cambridge, ambas en el Reino Unido, han querido conocer aún más el efecto directo del té en las redes cerebrales.
Para ello, reclutaron a 36 personas mayores de 60 años para obtener datos sobre su estilo de vida, salud y bienestar psicológico. Asimismo, los investigadores les realizaron, durante los años 2015 y 2018, pruebas neuropsicológicas y resonancia magnética.
Al analizar el rendimiento cognitivo de los participantes y los resultados de las imágenes, los científicos descubrieron que las personas que consumían té verde, azul o negro al menos cuatro veces por semana, durante aproximadamente 25 años, tenían regiones cerebrales que estaban interconectadas de una manera más eficiente.
"Tome la analogía del tráfico por carretera como ejemplo: considere las regiones del cerebro como destinos, mientras que las conexiones entre las regiones del cerebro son carreteras. Cuando un sistema de carreteras está mejor organizado, el movimiento de vehículos y pasajeros es más eficiente y utiliza menos recursos. De manera similar, cuando las conexiones entre las regiones del cerebro están más estructuradas, el procesamiento de la información se puede realizar de manera más eficiente", han dicho los expertos.