Investigadores de oncología médica y hematología del instituto sanitario Incliva (Hospital Clínico de València) han estudiado un nuevo fármaco como potencial tratamiento del cáncer de mama en mujeres muy jóvenes, menores de 35 años, una enfermedad que se caracteriza por ser más agresiva y de peor pronóstico que en mujeres mayores.
El proyecto se centró en analizar las diferencias biológicas y moleculares entre el cáncer de mama en mujeres muy jóvenes y en mayores, comparando en ellas la expresión del gen HDAC5 y testando el uso del inhibidor de este gen en líneas celulares, detalla el instituto en un comunicado.
Desde 2011 trabajan en este eje centrado en conocer mejor el cáncer de mama detectado a edades tempranas con el fin de proponer tratamientos más personalizados, ya que tradicionalmente se aplica el mismo en todos los casos. Aunque la edad media de aparición del cáncer de mama ronda los 61 años, aproximadamente una de cada 40 mujeres diagnosticadas es muy joven.
Los resultados, publicados recientemente en la revista 'Cancers', son fruto del trabajo de Maite Martínez como investigadora principal y de los doctores Sara S. Oltra, Juan Miguel Cejalvo, Eduardo Tormo, Marta Albanell, Ana Ferrer, Marta Nácher, Begoña Bermejo, Cristina Hernando, Isabel Chirivella, Elisa Alonso, Octavio Burgués, María Peña-Chilet, Pilar Eroles, Ana Lluch y Gloria Ribas.
Partieron de la base científica, a raíz de otro estudio de Incliva y el Clínico de València, de que la alta expresión de este gen se asocia con un mal pronóstico en el cáncer de mama, especialmente en mujeres jóvenes de menos de 35 años.
A partir de ahí, estudiaron su correlación con las características clínicas y el potencial de la inhibición de un fármaco inhibidor de HDAC5 en líneas celulares de pacientes jóvenes y mayores. Los ensayos mostraron una mayor expresión de este gen con peor pronóstico en cáncer de mama de mujeres jóvenes.
También se constató que la sobreexpresión de HDAC5 se correlaciona con tasas de supervivencia más bajas en los tumores de mujeres jóvenes, así como, independientemente de la edad, en los tumores del subtipo triple negativo --los más agresivos, sin un tratamiento específico--, para los que el fármaco LMK-235 se plantea como un potencial tratamiento.
En el estudio se analizó la expresión del gen en 60 pacientes muy jóvenes con cáncer de mama y 47 mayores de 45. El tratamiento con el inhibidor se probó en dos líneas celulares procedentes de mujeres jóvenes y cuatro de mayores.
Cultivo de órganos 3D
La investigación arroja así resultados "muy prometedores" en líneas celulares, aunque aún son necesarios más estudios. La siguiente fase, en desarrollo, tiene como objetivo probar este tratamiento para el cáncer de mama en mujeres jóvenes en cultivos organoides 3D, que se establecen a partir de los tumores extraídos de pacientes en la cirugía y crecen en condiciones establecidas en laboratorio.
Estos cultivos presentan propiedades similares a las de los tumores en los pacientes y abren una vía para el estudio de nuevas terapias. En este caso se utilizarán para analizar el efecto del inhibidor de HDAC5 en ellos.
Otro estudio publicado en 'Scientific Reports' (grupo 'Nature'), también con investigadores de Incliva y el Clínico, demostró las diferencias epigenéticas de los tumores entre ambos grupos de edad. A edades mayores, el ADN tiende a perder marcas y esto puede llevar a alteraciones en la expresión génica y, por lo tanto, a enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer.
A partir de las marcas de metilación se puede calcular la llamada edad epigenética de una persona, que en condiciones normales no debe alejarse de su edad cronológica. En cambio, este estudio mostró que las mujeres jóvenes con cáncer de mama presentaban una aceleración en la edad epigenética. Esto podría explicar en parte la mayor agresividad de estos tumores, ya que las pérdidas de metilación hacían que presentaran una más parecida a la de una persona mayor (más de 80 años en algunos casos) que a la de una menor de 35.
La investigación sobre la expresión del gen HDAC5 y el estudio del efecto del inhibidor en el cáncer de mama se desarrolló gracias a la beca SEOM/AVON para proyectos de investigación en cáncer de mama, concedida en 2019 a la doctora Maite Martínez con una dotación de 23.000 euros.
La otra línea sobre las diferencias epigenéticas de cáncer de mama contó con financiación del Instituto de Investigación Carlos III (68.365 euros). En ambos casos, con ayudas de la Fundación Le Cadó, que desde 2013 aporta más de 80.000 euros para los estudios sobre cáncer de mama en mujeres jóvenes, junto a las subvenciones de asociaciones de pacientes.