La primavera, la sangre altera. Pero también la salud de todos los alérgicos al polen, y estos meses parece que le espera grande sufrimiento. Al menos así lo piensan varios expertos en la materia que asegura que este año habrá “bastante sintomatología”.
Por el momento, gracias a las grandes y constantes precipitaciones que se vienen sucediendo en este 2018, el ‘sufrimiento’ para los alérgicos se está retrasando. Y es que a finales de marzo y principios de abril es cuando comienzan a tener los síntomas los alérgicos al polen de las cupresáceas (que provienen de los cipreses).
Como recuerda el jefe del servicio de Alergología, con el buen tiempo de antes de Semana Santa “subieron los niveles” pero luego, con las lluvias, volvieron a bajar. Ahora están empezando a aparecer el polen del quercus (provenientes de la encina o los robles) y el de gramíneas también comenzará “a haber mucho” en los próximos meses, ya que se trata de un polen tardío, de los meses de mayo y junio.
Así, la primavera “puede ser de moderada a intensa”, y dependerá mucho “de si en mayo llueve o se agostan y disminuyen los granos de polen”. Pero “va a haber bastante, es lo que se espera”. Y es que “dependiendo del régimen de lluvias, puede haber más o menos prolongación de la temporada de polinización”. En los últimos años ha ido aumentando, siendo más prolongadas, y cuando “los pacientes en junio dejaban de tener, ahora muchos se alargan hasta primeros de julio”.
Otra cosa que apuntan los especialistas es que “los pacientes sufren a más pólenes sensibilizados”, aumentando muchos las cupresáceas, el plátano de sobra (“ese árbol de bolitas”, detallan) y que, “sobre todo, los pacientes están afectados por distintos pólenes”. Así, mucha gente primero sufre las cupresáceas (de enero a marzo), luego el ‘falso’ plátano (abril) y, finalmente, las gramíneas (mayo y junio).
Por todo ello, la temporada de alergias puede ser más recortada o más prolongada, según las afecciones, puesto que se puede ir sumando un polen con el otro.
También comentan que “la alergia respiratoria ha ido creciendo, pero ahora se ha estabilizado”, y que es “la alergia a los alimentos” y a otras cosas la que viene incrementándose los últimos años.
Ante los síntomas de alergia, se recomienda aplicar “medidas preventivas y farmacológicas”
Los médicos advierten que ante cualquier síntoma hay que aplicar un “control de medidas preventivas y farmacológicas”, pero “según lo que venga, actuar” y no precipitarse. Así, primero sentiremos conjuntivitis para, posteriormente, tener los primeros síntomas de asma.
Pero antes de tomar ningún medicamento es conveniente tener cuidado y, como primera recomendación, seaconseja mirar en internet el recuento de pólenes en sitios como en la app para smartphones ‘Polen Control’ o en páginas como www.polenes.com. Una vez visto el nivel según el tipo de polen, “si el recuento es elevado, esos días se debe evitar salir al campo o no realizar actividades como cortar el césped”.
También sugieren ventilar a última hora y tener el resto del día las ventanas cerradas, evitar las actividades al aire libre, evitar los aires acondicionados en el coche o los humificadores y usar gafas de sol o mascarillas. Unas mascarillas muy usadas en regiones como Extremadura y recomendadas porque evitan la entrada de pólenes, detallan, ya que “si tienen filtros de pólenes y ácaros pueden ayudar al paciente”.
Pero si los síntomas persisten o se acrecientan, hay que recurrir al tratamiento farmacológico. “Colirios, broncodilatadores, lo que sea necesario”, recuerdan los expertos, quien aconsejan acudir al alergólogo para que se le suministre una vacuna de inmunoterapia. Estas normalmente mejoran los síntomas, “no en todos los pacientes”, concretan, pero “a algunos les quita la sintomatología y a otros les alivia”.