Se trata de uno de los momentos más importantes para un alumno en su vida. Los nervios son una común en los exámenes de las pruebas de acceso a la universidad, ahora llamadas EBAU, que se han celebrado durante los últimos tres días en Castilla y León. La mayoría, además, suele aprobar pero en este caso eso no vale. La nota final es importante para poder cursar el Grado deseado que le permita a los estudiantes labrarse un futuro laboral.
Por eso, cada examen cuenta, cada pregunta que se contesta tiene una gran importancia. Y la indignación en cada error puede provocar una frustración enorme, no solo al propio alumno, sino también a la familia. Esto ha ocurrido con el examen de Latín y la errata que ha puesto en jaque a los estudiantes pero más sonoro, si cabe, es el caso de un alumno del instituto Fray Luis de León de Salamanca que ha tenido que realizar un examen que no le correspondía por la modalidad de Bachillerato elegida.
Este ha cursado durante los dos últimos años la rama de Ciencias Sociales, pero sus Matemáticas, aplicadas a estas, no han sido las elegidas por la matriculación de la EBAU realizada. De hecho, una vez examinado de Lengua Castellana y Literatura, Historia de España e Inglés, asignaturas inherentes a todas las ramas, llegaba el turno de Matemáticas.
En su caso, acudió al examen que pensaba que tenía que realizar, el que recibe el nombre de Aplicadas a las Ciencias Sociales, pero su sorpresa fue que su nombre no se encontraba en la lista. De hecho, le enviaron a otra aula, la de Matemáticas sin apellido, a esas a las que acudían los compañeros que habían decidido optar por la modalidad de Ciencias.
Evidentemente, esto supuso un jarro de agua fría para los intereses del alumno en su nota final, al que llegaron a recomendar que se presentara en julio ante la falta de posibilidades de realizar nada al respecto. El problema llegaba en la matrícula realizada, de Ciencias, de lo que culpan al propio instituto, en este caso el Fray Luis de León. De hecho, aseguran que ello mismo le ha ocurrido a más alumnos.
La indignación al respecto es grande, ya que el hecho de tener que repetir el examen no es plato de buen gusto pero, además, provoca un cierre a su futuro según está entendida la política de plazas en las carreras, donde los que acuden en 'segunda oportunidad' dependen de los de primera, tanto en las propias notas como en las mismas plazas disponibles.