Las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en España a más de ocho millones de personas, siete de los cuales son alérgicos a gramíneas seguidos en orden decreciente por alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria.
"Este año la previsión para la Comunidad de Madrid, Castilla León, Aragón y Castilla La-Mancha dibuja una primavera entre leve y moderada, que oscilará entre los 1.600 granos/m3 de Teruel y los 5.000 granos/m3 de Toledo", ha comentado el presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC, doctor Ángel Moral.
En otras ciudades en la zona centro, prosigue, se esperan valores entre 2.000 y 3.000 granos/m3 en Burgos, León, Palencia y Zaragoza; entre 3.000 y 4.000 granos/m3 en Ávila, Ciudad Real, Guadalajara, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid, Zamora; y en Madrid entre 4.000 y 4.500 granos/m3.
En este sentido, el experto ha informado de que existe una relación directa entre algunos factores climatológicos del otoño e invierno como es el caso de las lluvias, temperatura y humedad y los recuentos de pólenes de gramíneas durante la primavera.
"Aunque febrero haya sido seco, el otoño y el invierno se han caracterizado por moderadas lluvias, con un aumento del 10% sobre la media de los últimos años. Esto ha favorecido el crecimiento de todas las especies vegetales. Lo más importante es que tanto el otoño como el invierno han sido muy cálidos, con temperaturas muy superiores a lo habitual, siendo este febrero pasado el mes de febrero más cálido junto con el de 1990 en los últimos 55 años, contribuyendo al adelanto de la polinización de especies vegetales, como el plátano de sombra en estos días", ha comentado Moral.
En esta misma línea, el experto ha detallado que en los últimos diez años se ha duplicado el porcentaje de alérgicos a los pólenes más alergénicos. "Las gramíneas han pasado del 35 por ciento al 74 por ciento, la arizónica del 9 por ciento al 23 por ciento, el plátano de sombra y la salsola del 7 por ciento al 14 por ciento y el olivo del 30 por ciento al 52 por ciento. La causa parece hallarse en el efecto de la contaminación y el cambio climático sobre los pólenes", ha dicho.
EL EFECTO PROPULSOR DE LA CONTAMINACIÓN
Por otra parte, el experto ha explicado que la emisión de partículas contaminantes procedentes de las calefacciones y de los motores diésel altera la estructura del polen haciendo que este genere proteínas de estrés como mecanismo de defensa y aumentando su capacidad de inducir una respuesta alérgica en personas susceptibles.
"Estas proteínas de estrés incrementan la agresividad del polen en las ciudades y en poblaciones que viven cerca de autopistas en comparación con los pólenes de zonas rurales sin contaminación. Por este motivo, en las ciudades se producen más casos de alergia a pesar de que la concentración de pólenes sea menor que en el campo. Los altos niveles de contaminación de las ciudades favorecen el fenómeno de inversión térmica que impide a los pólenes abandonar la atmósfera e incrementa el tiempo de exposición a ellos", ha explicado el alergólogo.
Del mismo modo, el cambio climático está alterando los ciclos de polinización de las plantas, puesto que adelantan el inicio y retrasan el final de su período de floración, con lo que se amplía la duración del período de polinización, y, por lo tanto, hay una mayor exposición de la población a los pólenes.
"Afortunadamente estos días las restricciones en la movilidad están reduciendo la contaminación producida por la expulsión de diésel de los vehículos y la disminución de otros humos industriales que pueden agravar los síntomas en las grandes ciudades", ha enfatizado Moral.
No obstante, las instrucciones de permanecer el mayor tiempo posible en casa por la alerta sanitaria de coronavirus va a hacer que se reduzca notablemente la exposición a pólenes en las personas alérgicas y beneficiará notablemente al control de sus síntomas. "Algunos pacientes observarán que tienen que usar menos medicación para la alergia, pero insistimos en ser cumplidores en los tratamientos para el asma", ha enfatizado el experto.
MANEJO DE LAS ALERGIAS
Por otra parte, el presidente de la SEAIC, Antonio Valero, ha comentado que la a patología alérgica dificulta en muchos aspectos la vida diaria de los pacientes, a la vez que lleva consigo un alto coste socioeconómico.
"Las enfermedades alérgicas precisan de un manejo integral, no sólo desde el punto de vista terapéutico, sino también orientando al paciente, sobre cómo convivir mejor con su enfermedad", ha dicho, para recomendar el uso de mascarillas homologadas, filtros antipolen en el coche o los purificadores de aire para interiores.
Además, ha recordado que la inmunoterapia o vacunación antialérgica debe considerarse siempre como una herramienta terapéutica de primer orden en el manejo de los pacientes alérgicos porque es el único tratamiento que puede modificar la evolución natural de la patología alérgica.
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Las personas alérgicas al polen que viven las comunidades autónomas de Madrid, Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha tendrán una primavera leve o moderada, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
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