Tambores que redoblan con ritmo fúnebre, plañideras desoladas y la sardina a hombros de cuatro zamoranos que la conducen a su funeral. Zamora entierra un año más el Carnaval, por fin recuperado tras un año de vacío, y se asoma a la cuaresma que conducirá, irremediablemente, en la Semana Santa. Cuarenta días para el Domingo de Ramos.
Zamora cerró el Carnaval con una comitiva fúnebre realizada por Natus, Atrezzo, Juan del Enzina y Fantasía que recorrió Santa Clara y San Torcuato para acabar llegando a la Plaza Mayor donde una muchedumbre triste esperaba para decir adiós a unas fiestas en las que Zamora ha vuelto a ponerse la careta y quitarse los prejuicios, intentando olvidar unos años 2020 y 2021 donde ha sufrido, como el resto del mundo, el revés de la pandemia. La ciudad se rindió al fuego purificador, ese que dentro de casi cuatro meses, si la situación lo permite, también abrirá una cuenta atrás, la de San Pedro; y quemó la sardina con la antorcha de doña cuaresma quien convidó a los zamoranos a no comer carne durante estas semanas.