A lo largo de toda la semana se han realizado diferentes actos para preparar el Día del Seminario, una jornada que ha llevado por lema «Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino» y que habitualmente se celebra el 19 de marzo, solemnidad de San José, pero que en nuestra diócesis se ha trasladado al 20 por coincidir con la clausura del año jubilar.
El miércoles 16 de marzo tuvo lugar la conferencia "El Seminario: Memoria y profecía", una lección que fue dictada por el Doctor Miguel Ángel Hernández Fuertes, sacerdote y ex-rector del seminario. Le acompañó en la mesa Millán Núñez Ossorio, actual rector de los seminarios diocesanos. El primero perfiló la historia del seminario en Zamora, una institución secular que ha generado mucho bien dentro y fuera de la Iglesia. El segundo quiso pensar en el futuro del seminario, asumiendo que los nuevos tiempos obligan a trasladar las aulas a otro colegio católico del entorno, pero apostando por mantener vivo e incrementar el objetivo inicial del Seminario San Atilano, que no es otro que el de acompañar la semilla vocacional de quienes se sienten llamados a servir como sacerdotes.
El viernes 18 de marzo la comunidad educativa del seminario menor celebró una eucaristía por la mañana y, a las 19:00 horas, el rector y los seminaristas mayores dirigieron una vigilia de oración por las vocaciones. En esta última Javier Prieto, seminarista de Zamora que cursa el bienio de Teología, ofreció el testimonio de su vocación subrayando cómo, en su caso, Dios se valió de pequeños detalles para llamar a su corazón e ir proponiéndole una vida llena de sentido y entregada en el servicio a la comunidad.
La jornada central ha tenido lugar este domingo 20 de marzo en la iglesia de san Andrés. A las 12:30 horas se celebró una eucaristía presidida por el obispo y concelebrada por los rectores del Teologado de Ávila y del seminario de Zamora junto a sus directores espirituales. Monseñor Valera, dirigiéndose a todo el Pueblo de Dios y especialmente a Javier Prieto, que iba a recibir los ministerios de acolitado y lectorado, indicó que en la eucaristía están contenidos todos los bienes espirituales de la Iglesia, y desde ella debemos orientar nuestros objetivos para superar la caducidad, la esterilidad, la exclusión, el elitismo y así descubrir audazmente "el cielo nuevo y la tierra nueva" que nos regala siempre el Señor. El obispo recordó a Javier que Dios nos fecunda con su Palabra y con la Eucaristía y que "la comunión con Cristo y con los hermanos en la Eucaristía es una verdadera cima a la que se asciende por las faldas de la Escritura". Dios nos llama continuamente a fructificar, "a salir de nuestro egocentrismo y a ser capaces de ver a las víctimas, a la opresión de esta guerra absurda, a ser compasivo". Terminó D. Fernando invitando a Javier a dejarse envolver y sostener por las semillas de la Palabra y la Eucaristía.