Expertos de universidades de España y Portugal han creado un sistema para evaluar y reforzar los colegios ante un terremoto. A través de una batería de indicadores, el método ofrece la mejor solución para hacer más resistentes estos inmuebles atendiendo a los principios de eficiencia, coste e impacto arquitectónico. La fórmula es extrapolable a otro tipo de edificios, como viviendas, institutos u hospitales.
Mediante una aplicación informática, estos expertos analizan el comportamiento de los edificios según la normativa antisísmica. Con ello se obtienen los datos para conocer la respuesta estructural y el estado de daño que sufriría ante un movimiento de tierra. A partir de ahí, el método evalúa cómo se mejoraría el comportamiento del colegio según distintos sistemas de refuerzo de la estructura.
Esta información se evalúa junto con los indicadores de coste e impacto arquitectónico, para obtener la mejor alternativa. “Muchos centros podrían ser objeto de refuerzo en su estructura, por ello una parte del trabajo ha sido cribar qué soluciones constructivas se adaptan mejor a nuestra tecnología, son más económicas y respetan el diseño del edificio para que siga siendo funcional”, apunta el coautor del trabajo, Antonio Morales, responsable del proyecto PERSISTAH, financiado por el programa INTERREG-POCTEP, donde se enmarca la investigación.
El estudio toma como referente los colegios edificados en Huelva y el Algarve. “La mayoría de estos colegios fueron construidos durante la década de los 70. Por tanto, los requisitos sísmicos no eran restrictivos, siendo, en la mayoría de los casos, solo diseñados considerando las cargas gravitacionales”, explica a la Fundación Descubre la autora principal del trabajo, María Victoria Requena García de la Cruz.
Zona de gran actividad sísmica
En este caso se han centrado en las regiones de Huelva y el Algarve, que se caracterizan por una considerable actividad de terremotos, como ocurre con otros puntos de Andalucía identificados en el mapa de peligrosidad sísmica de España. Esto es debido a su proximidad a la falla de Gibraltar-Azores, donde entran en contacto las placas euroasiática y africana. Una exposición a los temblores de tierra que se puede agravar según el tipo de suelo donde se localice el edificio. “En el caso de Huelva, al encontrarse cerca de la costa y la marisma, se caracteriza por la presencia de suelos blandos, que tienen un efecto multiplicador de los efectos del sismo”, señala María Victoria Requena.
A ello se suma que los colegios de primaria de ambas regiones presentan vulnerabilidades sísmicas comunes. Los más antiguos (década de los 60) siguen un sistema de muros de carga, con alto porcentaje de huecos en los muros y baja calidad de sus materiales. El resto se basan en pilares más cortos de lo habitual y vigas de hormigón armado, las plantas bajas son más débiles al carecer de cerramiento y no apoyan directamente en el suelo sino sobre una capa aislante (forjado sanitario).