Arrastra problemas desde hace décadas, desde su instalación en un inmueble que no reunía las condiciones adecuadas para un centro sanitario, seguido de los retrasos presupuestarios para la construcción de un edificio adecuado y funcional, que cubriera las necesidades de los pacientes. Parece que la odisea continúa como denuncia en el día de hoy UPL que se hace eco de las reclamaciones de los usuarios del centro de salud Parada del Molino, donde según cuentan a los problemas de largas demoras para ser atendidos añaden las incomodidades por un exceso de temperatura que tienen que soportar necesariamente quienes acuden para recibir atención médica.
El exceso de temperatura en el centro de salud que se solventaría simplemente con el accionamiento del aire acondicionado, que rebajaría en algunos grados el soporífero calor, no parece entrar en los planes de la gerencia del centro, que tiene otras prioridades bien distintas a la de la atención a los usuarios del ambulatorio. Poco, salvo el recurso del pataleo, les queda a los sufridos afectados por tener el médico en Parada del Molino, las quejas no sirven de nada ante quien gestiona el centro dependiente de la Junta, insensible una vez más con los afectados.
Acudir a consulta, a conocer los resultados de los análisis, a ponerse la inyección, a pincharse para el simtom, a realizar la analítica, hacer la revisión tan conveniente, en Parada del Molino, que a veces conlleva horas de espera, no está al alcance de personas enfermas porque el resultado es, que pueden por los excesos de calor salir peor de lo que entraron.
Parece mentira recalca UPL, que en aun moderadamente se tenga aire acondicionado en centros privados de distinta naturaleza, como puede ser un supermercado, un negocio de hostelería, donde cada cual puede elegir entrar o no hacerlo y en uno público donde se acude por obligación y sin alternativa para ello, se tenga que soportar los excesos de calor cuyo costo, mejor que en otro empleo, bien estamos dispuestos a asumir entre todos.