El Consejo General de Dentistas ha advertido de que el verano es una de las épocas del año donde más traumatismos dentales se suelen producir, en la mayoría de los casos, por caídas, colisiones, accidentes, práctica de deportes o actividades recreativas.
"Todos los traumatismos dentales deben ser considerados como una urgencia y se debe acudir lo antes posible al dentista", recuerdan. De hecho, se estima que unos 4,5 millones de españoles han sufrido algún tipo de traumatismo dental, lo que situaría la prevalencia global en el 10 por ciento.
Asimismo, los estudios epidemiológicos muestran que el 25 por ciento de los adolescentes experimenta traumatismos dentales. Los incisivos centrales superiores suelen ser los dientes más afectados. Las lesiones dentales y faciales se pueden reducir significativamente al introducir un equipo de protección, como los protectores faciales y bucales, durante la práctica de deportes de contacto.
Las secuelas a largo plazo de las lesiones traumáticas pueden afectar el bienestar, al habla, a la necesidad de cuidados complejos y a la calidad de vida relacionada con la salud oral. Además, determinados tipos de traumatismos, como la avulsión dental (completa salida del diente de su alvéolo), presentan un mal pronóstico de supervivencia para el diente afectado.
Ante cualquier traumatismo dental, el Consejo General de Dentistas recomienda acudir rápidamente al dentista para evitar daños mayores y seguir una serie de consejos.
En primer lugar, advierten de que las heridas o contusiones en la boca pueden afectar al labio, la lengua o las mucosas. Por ello, después del impacto se debe lavar y desinfectar la zona, así como comprobar el estado de los dientes y del hueso.
En el caso de las luxaciones, el golpe desplaza al diente de su alveolo haciendo que se mueva, aunque sin expulsarlo del todo. En este sentido, es importante no usar colutorio, ni tocar el diente.
Si el traumatismo ha roto un trozo de diente, hay que vigilar que no esté dañado el nervio. En estas circunstancias, se recomienda recuperar y conservar el fragmento de diente roto en suero salino, agua o leche. Si el traumatismo ha sido tan fuerte que ha expulsado el diente por completo, se debe recuperar sujetándolo por la corona (nunca por la raíz) no limpiarlo, ni enjuagarlo y acudir inmediatamente al dentista.