Puede suceder lo mismo con la COVID-19, o al menos podemos empezar a vislumbrar la luz al final del túnel de esta pandemia desde que este mes de diciembre se iniciara la vacunación en España contra este patógeno que tanto daño nos está haciendo.
No obstante, habrá muchas personas que hayan superado la enfermedad y duden ahora de si deben vacunarse o no, ya que ya han pasado la infección. Son contados los casos notificados de reinfección de COVID-19, aunque ciertamente es una enfermedad que existe desde hace menos de un año y que todavía está en estudio.
¿Qué deben hacer entonces estas personas? En una entrevista con Infosalus, Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo sobre Vacunaciones de la Sociedad Española de Epidemiología y catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Barcelona subraya que no se conoce cuánto dura la protección que confiere haber padecido la infección por el virus que causa la COVID-19, por lo que el hecho de que una persona haya padecido la infección, con los conocimientos que tenemos hasta la actualidad, no sería motivo para que no se vacune. Por lo tanto, cree que deben vacunarse.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, el doctor Marcos López Hoyos, coincide en que también es necesario que estas personas se vacunen, a pesar de haber superado la enfermedad y en algunos casos de generar anticuerpos.
Según valora, si una persona ha superado la COVID-19 es muy probable que haya generado inmunidad o memoria inmunológica, aunque hay veces que no se genera inmunidad; por lo que la vacuna es necesaria: «Probablemente haya generado linfocitos T y linfocitos B (estos últimos son los que van a producir los anticuerpos), iguales a los que se quiere generar con la vacuna. A veces, cuando se habla de reinfecciones en personas que tienen la PCR positiva después de una primera infección, es posible que en la primera infección no hayan desarrollado una respuesta inmunitaria completa y no hayan generado inmunidad».
En este contexto, resalta que los inmunólogos proponen evaluar a todo sujeto convaleciente para saber si ha desarrollado esas ‘armas’ que se buscan generar con la vacuna: «Los anticuerpos por sí solos no demuestran inmunidad y deberíamos poder estudiar también las células o linfocitos T».
POR QUÉ HAY PERSONAS QUE NO DESARROLLAN ANTICUERPOS
Así, y sobre por qué hay personas que desarrollan anticuerpos y otras no tras superar la COVID-19, algo que muchos nos preguntamos, el también jefe de Servicio de Inmunología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander remarca que hay personas que pasan la infección de forma muy breve, porque su respuesta inmunitaria natural responde tan rápido y efectivamente que elimina el virus sin necesidad de recurrir a los linfocitos T y B, la respuesta específica, mientras que habría otros que montan una respuesta con memoria inmunológica potente.
«Si no recurre a estas células especializadas, no se produce la reacción inmunológica necesaria para producir anticuerpos frente al coronavirus. Por otra parte, hay personas que tienen un grado de inmunosupresión importante y que inhibe también la reacción de modo que no resulta efectiva y no se producen tampoco los anticuerpos«, aclara.
¿QUÉ PASA EN CASO DE REINFECCIÓN?
De volver a infectarse, ¿es seguro que pasarían la infección de forma más leve, incluso asintomáticos?¿Qué es lo que se sabe hasta el momento al respecto? El presidente de la SEI advierte de que ésa es la base de la inmunización y la razón por la que también se emplean las vacunas.
«Los anticuerpos y también la generación de células T frente al coronavirus garantizan una respuesta mucho más efectiva y rápida en un segundo contacto con el coronavirus. Al estar inmunizados, nos protegemos frente a la enfermedad. Ése es el motivo por el que las reinfecciones son anecdóticas después de más de 60 millones de infectados en el mundo. La inmunidad generada está protegiendo, incluso aunque haya mutaciones en el virus porque todas ellas parecen no afectar a la proteína ‘Spike’ que parece ser la que usa el virus para infectar nuestras células», subraya el especialista.
EL EFECTO PROTECTOR DE LA VACUNA
Asimismo, López Hoyos dice que es el motivo por el que los primeros datos intermedios con las vacunas que están más avanzadas en los ensayos clínicos (Pfizer, Moderna, Astra Zeneca, etc.) son efectivos en evitar la enfermedad en porcentajes superiores al 90% a las pocas semanas de la segunda dosis de la vacuna.
En cuanto a la vacunación que ya ha comenzado en España, la miembro de la Sociedad Española de Epidemiología, Ángela Domínguez, quiere recordar que el efecto protector de la vacuna en la persona vacunada necesita un tiempo (dos semanas desde la segunda dosis en el caso de la inyección frente a la COVID-19), por lo que las personas vacunadas deben seguir con las precauciones de limitar la movilidad, distancia, mascarilla, higiene de manos, y ventilación de espacios cerrados para prevenir contagios.
«El efecto protector de la vacunación para frenar la transmisión del virus en la comunidad se conseguirá cuando una proporción importante del total de la población (se estima que más del 70%) haya recibido las dosis requeridas de vacuna, por lo que las precauciones de limitar la movilidad, distancia, mascarilla, higiene de manos y ventilación de espacios cerrados deberán continuarse para disminuir la transmisión del virus y así evitar nuevas infecciones, hospitalizaciones y muertes», remarca.
En última instancia, la miembro de la Sociedad Española de Epidemiología pide no olvidar que muchas personas pueden estar infectadas y no presentar síntomas pero transmitir igualmente el virus.