“Debemos recuperar la dignidad en la asistencia sanitaria, reducir listas de espera, y mejorar la accesibilidad a la sanidad en el mundo rural”

El sindicato UGT de Zamora desarrolla durante todo este mes una campaña especial para poner sobre la mesa los problemas que existen en la Sanidad de la comunidad en general y de la provincia en particular. El responsable de la Federación de Servicios Públicos de UGT de Zamora y secretario de Acción Sindical de FeSP-UGT de Zamora, Jerónimo Cantuche, hace una radiografía de la situación en una entrevista mantenida con zamora24horas.

Jerónimo Cantuche en la sede de UGT Zamora
Jerónimo Cantuche en la sede de UGT Zamora

¿Por qué ahora esta campaña para mostrar la situación sanitaria en la provincia?
La realización de esta campaña sanitaria tiene mucho que ver con lo que entendemos que ya es ver la luz al final del túnel tras la emergencia sanitaria que hemos tenido del Covid. Es el momento de recuperar los servicios sanitarios, mejor que los teníamos antes del Covid, que ya estaban muy deteriorados.

¿Cuáles son las líneas maestras de esta campaña?
Creemos que es necesario que haya recursos para el sistema sanitario público, sobre todo en Atención Primaria, que se llegue a unos porcentajes de recursos económicos de en torno al 25 por ciento del presupuesto y que como estamos a las puertas de los nuevos presupuestos para el año 2022 creemos que tiene que ser la Junta la que tiene que aportar un presupuesto adecuado al sistema sanitario público de esta comunidad, tanto en Primaria como en Especializada. Por eso queremos recuperar la dignidad en la asistencia sanitaria, reducir las listas de espera, mejorar la accesibilidad de los ciudadanos a la atención sanitaria en todo el mundo rural y eso solo se puede hacer con aumento de recursos humanos que conllevan un aumento presupuestario. Queremos concienciar a los que gobiernan la Junta que esa es la línea y por ahí tenemos que ir.

¿Hemos aprendido algo con la pandemia del coronavirus?
Hemos aprendido poco porque lamentablemente los recursos humanos de los que disponemos en algunas categorías como es la de médico son muy limitado porque no se ha hecho un trabajo previo durante muchísimos años. Donde más se nota que no hemos aprendido nada es que en el resto de categorías de las que sí disponemos de personal en las bolsas de empleo se está trabajando como se venía haciendo antes: no se cubren las incidencias (permiso, bajas u otros motivos) y seguimos con escasez de recursos humanos tanto en los hospitales como en la atención primaria. Es lamentable decirlo pero es lo que está pasando. Veníamos con este hándicap anterior, porque estábamos imbuidos en una política de no contratación, de no gasto, y así seguimos y no puede ser.

No hacen más que repetirnos que no hay médicos, ¿es cierto o es un mantra de los dirigentes?
En el año 2013 empezamos a lanzar ese mensaje de que habría problemas a partir de 2018 porque el sistema no era capaz de cubrir las jubilaciones, porque no se forman médicos. El delegado de la Junta entonces decía que era mentira, que había médicos de sobra. Nos llamaba de todo. El discurso fue variando y se empieza a modular a partir de 2018 un nuevo mantra que era que no había médicos y que si los conseguíamos nosotros que los contrataban. Ese fue el siguiente mantra. El siguiente es que no tenemos médicos y por eso no podemos cubrir nada. El deterioro ha sido impresionante gracias a la pasividad y la dejación de funciones que se ha hecho desde la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León.

¿Y cómo se puede solucionar ese problema?
En el sistema sanitario público es necesario tener la especialidad en medicina familiar y comunitaria como en otras especialidades para poder trabajar. Las personas que acaban de salir de la universidad sin especialidad no pueden trabajar en el sistema sanitario público. El siguiente mantra es que “desde el Ministerio no nos mandan…”. No, aquí hay una forma de organizar la formación de los especialistas que es la vía MIR. Se estableció su regulación a través de la Ley de Profesiones Sanitarias el cómo se generaban las unidades docentes para formar a esos especialistas y se modifica esta normativa a partir de 2012 con la Ley de Medidas Tributarias y Financieras del ministro Montoro. Se modifica porque hasta entonces las docencias las creaba la propia Consejería diciendo que necesitaba una unidad de docencia por ejemplo en Aliste, informaba a la Junta, la Junta lo consideraba conveniente y elevaba al Ministerio la creación de esa unidad que daba el plácet para que se creara. Con el cambio ya no solo tiene que acreditar el Ministerio sino que tiene que aprobarla. Cuando la Consejería eleva a la Junta, y la Junta al Ministerio, es al final el Ministerio el que aprueba, pero no se puede llegar al final de la escalera si desde aquí no se pide la creación de unidades de docencia. Y ahí es donde estamos. En todos los centros de salud del mundo rural de Zamora no tenemos ninguna unidad de docencia de médicos de familia, por ejemplo. Primero las tenemos que crear nosotros para que el Ministerio las pueda aprobar y se acrediten. Es lamentable que en años como este, con el déficit que tenemos, se vayan a formar menos médicos de familia en Castilla y León que el año pasado. El problema ha sido de una dejadez tan grande durante todos estos años que ahora todo lo que nos digan los políticos, como lo llevamos diciendo tanto tiempo, pues no nos lo creemos.

Ha habido intentos de solucionar este problema pero no han cuajado, ¿por qué?
El problema no es de fácil solución porque esta comunidad tiene cuestiones que otras no tienen. Primero que somos la comunidad más grande de España y Europa. A partir de ahí, tenemos muchas poblaciones, estamos muy dispersos, zonas con orografía complicada, nos estamos despoblando… Todo eso hay que adaptarlo a cómo prestamos los servicios esenciales en todas las zonas de la comunidad.

¿Y por dónde se empieza?
Hay que empezar por organizar el territorio, que no está. Después de 34 años con el PP gobernando no ha sido capaz de encauzar un modelo consensuado para organizar el territorio en esta comunidad. Y ese es el principal problema. Porque teniendo organizado el territorio sabríamos dónde poner los servicios esenciales, de qué forma y en qué número. Estamos viendo ahora que se ha iniciado una deriva en la cual a menor población, disminución de recursos. Algo diferente a lo que hace Educación, que en pueblos con tres niños ya ponen un aula. Aquí es todo lo contrario. En 1986 sale una normativa que dice cuál es la frecuentación a los consultorios de las localidades en el número de días. Nosotros lo adaptamos en el 1991 a través de la consejería de Sanidad y Bienestar Social. Desde el año 1991 los días y horas de frecuentación a los consultorios no se han modificado y han pasado 30 años. En este tiempo la evolución de la población de esta comunidad y de esta provincia ha sido tremenda. Esa es otra de las cuestiones a adaptar, porque los recursos hay que utilizarlos bien. Pero hay que garantizar el servicio a las personas que siguen viviendo ahí, que no porque vivan en un pueblo con 30 personas no va a dejar de ir el médico. Tienen que ir. Cómo tienen que ir, pues en unas condiciones de trabajo dignas, porque no puede ser que donde tenía 15 médicos ahora me quedo con 6 y les obligo a recorrer todo el territorio y con su coche. No garantizamos la accesibilidad y además empeoramos las condiciones laborales del personal que se desplaza.

¿Cuáles son los datos que manejan de la situación de Zamora?
Los datos están en el Portal de Transparencia desde 2009 hasta 2020. En 2009 teníamos en Zamora 308 médicos de familia en toda la provincia. En 2020 tenemos 228 médicos. Son 80 médicos menos en plantilla orgánica. De esos 228 médicos, un total de 40 puestos no están cubiertos. Que en teoría si trabajaran los 228 podíamos decir que podíamos estar en los muy mínimos, pero tenemos menos cuarenta de esos 228, con lo cual hay 120 médicos menos trabajando en esta provincia con respecto a hace once años. Por eso se suceden las situaciones de precariedad que tenemos. Por eso los médicos no llegan a los pueblos donde tenían que llegar en cuanto a presencialidad y horarios. Por eso se quiere instaurar la cita previa para ir a tiro fijo a un pueblo donde llaman. Entendemos que hay que hacer un nuevo estudio previo de necesidades. Ni la Consejería sabe cómo quiere prestar la atención: llegar a todos los pueblos o no. Que lo defina. Nosotros queremos que se llegue a todos los pueblos. Y este sindicato presentó una propuesta en Aliste cuando se planteó ese plan de Aliste famoso. Nosotros hicimos una propuesta a la Consejería por escrito, perfectamente documentada, se la presentamos a los profesionales del centro de salud y era una propuesta equilibrada. Llegábamos a todos los pueblos y en horarios de frecuentación cumpliendo la orden de 1991. No optaron por eso y optaron por algo que como no había médicos era imposible llevar a la práctica. Pero yo digo, que nuestro modelo es el de llegar a todos los pueblos, y para llegar a todos los pueblos tenemos que hacer primero un esquema en el cual el dimensionamiento de los profesionales conlleve que hay que tener atención presencial en todos los pueblos. Ese modelo tiene que llevar ya las incidencias de los profesionales contemplando vacaciones, días libres, las posibles bajas laborales. Todo para que ese número de profesionales que tiene que atender en todos los consultorios de salud no se vea en la tesitura de que falten profesionales porque no hay gente en las bolsas. Que todos los profesionales estén estables dentro de una plantilla orgánica y que ellos mismos sean capaces de cubrir las incidencias que se produzcan. Es un trabajo a realizar y es por donde queremos que vayan las cosas. Podemos estar una, dos, tres décadas perdiendo población pero tenemos que ir a esos pueblos, a atender a esas personas. Lo que se quiere ahora es llevar a los ciudadanos de 80 o 90 años en furgonetas.

La pregunta del millón, ¿se pierde población porque no hay servicios o se pierden servicios porque no hay población?
Es necesario intentar buscar el equilibrio entre una cosa y otra. Racionalizar las cosas es bueno, pero hemos perdido muchas oportunidades por falta de servicios. Un ejemplo claro lo tuvimos en Benavente, que perdimos la oportunidad de asentar el centro logístico de Mercadona y se fue a Villadangos del Páramo porque no había recursos sanitarios suficientes en la comarca de Benavente. ¿Vamos a propiciar que la falta de servicios básicos asistenciales puedan poner en peligro todavía más la población? Pues claro, la gente es muy mayor y si no tiene recursos sanitarios se va a venir a las ciudades. Ojo, que ya se pierde población en las ciudades y también recursos sanitarios en las ciudades. Decimos que los médicos no quieren ir a los pueblos, pero parece que tampoco quieren ir a las ciudades porque también necesitamos más médicos. Los problemas empiezan por un lado pero se desplazan y los veremos en los próximos años, de forma que si el problema no se corrige en el medio rural se irá desplazando al medio urbano. Porque al venir población del medio rural al medio urbano irán aumentando los cupos de pacientes del medio urbano, que es otro de los problemas para los médicos. Hay que buscar el equilibrio. Pero la política de la Consejería no ha sido la más adecuada. A menos población menos recursos, dicen. Y nosotros decimos que a menos población es necesario garantizar la accesibilidad de los ciudadanos a la asistencia sanitaria y eso solo se garantiza siguiendo las normas. Porque ellos aplican planes que van en contra de la normativa que es de aplicación.

Vamos con otro tema importante, las listas de espera. ¿Hasta qué punto es un problema grave en Zamora?
Zamora en todo parece que somos especiales. En una población por debajo de los 160.000 habitantes tenemos tres hospitales. Y en una ciudad con 60.000 habitantes tenemos dos hospitales. Parece inconcebible que en una provincia con esta población con tres hospitales haya que seguir derivando tanto intervenciones quirúrgicas como pruebas diagnósticas a hospitales privados. Y lo tenemos a la orden del día. En febrero, otros 800.000 euros en derivaciones a Recoletas. Y esto es el suma y sigue de todos los años porque hay que potenciar a nuestros amiguitos de la privada. Siempre hemos dicho, ¿para qué se hicieron unos quirófanos nuevos magníficos en el nuevo hospital y no se hace cirugía mayor? Se dejó de hacer hace unos años porque el gerente decidió eliminar la UVI, eliminar puestos de trabajo por no contratar intensivistas. Una de las cuestiones es vamos a dar prioridad a los quirófanos que tenemos en los hospitales. Vamos a tener una UVI en el Provincial para hacer cirugía mayor ambulatoria y no derivar nada a la privada y aprovechar los quirófanos de mañana y tarde pagando a los profesionales que tenemos suficientes para que trabajen en esos dos hospitales. Pero no se hace y se deriva fuera a un coste tres veces mayor, y está comprobado.

¿Por qué se hace así?
Se quiere gestionar de esta manera para beneficiar al ámbito privado. Por qué hay listas de espera en Zamora teniendo los recursos que tenemos. Tenemos los recursos humanos y tenemos los recursos de los quirófanos para aprovecharlos perfectamente, pero no se hace. Por cierto, otra de las cuestiones que puso en boga la pandemia. Necesitamos camas de UVI. Tuvieron que habilitar la zona de reanimación de quirófanos de UVI cuando tenemos en el Provincial la opción de abrir la UVI para reforzar esas camas para una pandemia, y también para hacer cirugía mayor y no se hace.

¿Y qué decir de las consultas con especialistas?
A eso también hay que darle una enorme vuelta. Esto ya es estructural. Las listas de espera han aumentado con la pandemia pero ya las teníamos antes porque el sistema no está bien organizado ni gestionado. Son muchos pasos hasta que a la persona se le da el diagnóstico que llevan mucho tiempo. Los servicios de atención primaria deben funcionar bien, estar conectados con la atención especializada y que haya entre los dos niveles consultas de alta resolución con profesionales suficientes que trabajen perfectamente para los casos que no se puedan demorar. Establecer diagnósticos y tratamientos rápidos y eso no se da. Ahora pasan de unos a otros, encarecemos el sistema enormemente, generamos muchos problemas a las personas porque no les damos solución y al final solo se habla de las listas de espera. Las listas son mejorables con más recursos y más medios humanos. Aquí el testigo lo tiene la consejera, si lo quiere tomar. Creo que en al área de salud de Zamora habiendo un servicio de alta resolución en el que médicos de Primaria pudieran derivar casos no demorables a ese servicio, y bien dotado de profesionales para hacer diagnósticos y tratamientos rápidos, se eliminaría mucho la burocracia de la consulta de especialistas.

Por último, ¿qué papel juega aquí la FeSP-UGT de Zamora?
Queremos aportar soluciones. Somos un sindicato que denuncia los problemas, pero que no nos quedamos ahí, sino que tratamos de construir y aportar. El ejemplo más claro es el que dije antes. Fuimos el único sindicato que se atrevió a hacer un plan en Aliste, para contrarrestar el que quería hacer la Consejería de Sanidad. No era fácil, tuvimos que trabajar mucho, para hacer una propuesta factible como era y como reconoció la dirección general de asistencia sanitaria. Algunos dijeron que si fuera por ellos empezaban con nuestra propuesta, pero detrás de esto están los políticos y así estamos

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