“En tiempos de discordia, la llamada a las fuerzas imaginativas de la Criminología es más que nunca necesaria”. Este lema, que el Grado en Criminología de la Universidad de Salamanca lleva por bandera, prácticamente cobra más vigencia a cada año que pasa, puesto que no sólo vivimos en un mundo donde la discordia hace gala sino porque los criminólogos se antojan necesarios para el avance de dicho mundo.
El de Criminología es un grado relativamente nuevo, puesto que no fue hasta el curso 2012/2013 cuando se impartió en el Estudio salmantino por primera vez de manera oficial (antes era un Título Propio). Unos estudios que se caracterizan por su multidisciplinariedad y que gozan, además, de un alto flujo de relación con el mundo laboral.
De hecho, las salidas laborales son amplias y numerosas, prácticamente más que en cualquier otro grado de sus características, y van desde la posibilidad de pasar a engrosar las listas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a ser partícipe de las organizaciones del Tercer Sector pasando por el trabajo con víctimas de la violencia de género, una de las principales opciones en los últimos años.
No sólo eso, sino que también se puede obtener empleo dentro del funcionariado de prisiones, como asesor o asesora de seguridad pública y privada y, si se realiza un curso específico, dedicarse a la mediación. Y una de las últimas salidas por las que más está optando el alumnado es por la de ser perito o perita en los juzgados. En definitiva, pueden trabajar “como criminólogos y criminólogas”, resumen la coordinadora del Grado, Marta del Pozo.
Marta del Pozo también añade que hay otra salida laboral muy “interesante”, y es el dedicarse a la enseñanza, principalmente universitaria. Para ello es necesario cursar un máster universitario y después un doctorado y, si bien es una opción por la que no muchos alumnos y alumnas optan, cada vez es más habitual, ya que el Grado en Criminología demanda profesores con estos estudios.
La coordinadora del Grado explica que la Criminología es “una ciencia muy joven” y, hasta hace poco, era un título propio, por lo que aunque formó a especialistas en la materia, no llegaron a realizar una carrera investigadora enfocada a la enseñanza. “Ahora tenemos la necesidad de personas que, en un futuro, puedan introducirse en las universidades para aportar esa perspectiva criminóloga”.
Aunque esta puede llegar a ser una salida profesional un tanto “dura”, porque lleva mucho tiempo, desde el Grado en Criminología se reclaman expertos porque “no es lo mismo dar clase con Derecho como base que con Criminología”, si bien reitera que la plantilla que posee ahora mismo la carrera en la Universidad de Salamanca es “excelente”, tal y como constata el alumnado en las diversas pruebas de control, donde han otorgado un 90% de tasa de calidad al profesorado.
Un profesorado “comprometido” con personas de mucha referencia en sus respectivos ámbitos
Porque precisamente, el profesorado del Grado en Criminología es algo de lo que Marta del Pozo puede presumir abiertamente. “Es un elenco comprometido, con muchas ganas de enseñar y con perspectiva criminológica porque llevan muchísimo tiempo trabajando”.
Además, muchos de ellos y ellas son “personas de peso y de referencia” en sus respectivos ámbitos, ya sean catedráticos o profesores titulares. Uno de los ejemplos, aunque Marta del Pozo prefiere no dar nombres porque podría nombrar a todos los y las docentes, es Soledad Murillo, quien hasta hace poco fuera secretaria de Estado de Igualdad. A ello se le añade personas más jóvenes “que se han incorporado y enriquecido el Grado”.
La plantilla es, por tanto, un equipo estable que “permanece y se mantiene” y que es muy valorada por el estudiantado, si bien progresivamente se va haciendo una renovación generacional que “enriquece mucho, porque no es lo mismo llevar 30 años que 3 en la universidad. Ves todo con un prisma diferente”, indica la coordinadora del Grado.
Este enriquecimiento también viene dado por profesionales que, de igual manera, dan clases en el Grado de Criminología, como pueden ser los profesores de la Escuela Nacional de Policía (con la que se tiene un convenio firmado) o el jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario, Carlos Roncero.
“Suele haber más solicitudes que plazas para hacer prácticas”
El Grado en Criminología en Salamanca cuenta con un aspecto muy a su favor. Las prácticas. Pese a ser una asignatura optativa, “suele haber más solicitudes que prácticas”, si bien se intenta que todo el que solicite cursarlas pueda hacerlas. Están pensadas para que el alumnado enfoque su carrera laboral y descubra qué le gusta o, por el contrario, conozca si aquello en lo que desea trabajar no le llena.
Uno de los sitios más solicitados para hacer dichas prácticas es la Escuela Nacional de Policía de Ávila, centro con el que la USAL tiene un convenio de colaboración por el que estudiantes van allí y docentes vienen al Grado de Criminología a impartir clase (siendo, de hecho, una de las optativas más demandadas en cuarto, hasta el punto de que alumnos y alumnas se levantan a las 5 horas de la madrugada para inscribirse antes de que se acaben las plazas).
Este aspecto también es otro de los que resaltan en el Grado puesto que “el estudiantado recibe la misma formación que los y las policías nacionales, algo que no tiene ninguna otra universidad en España”. Esa “relación especial” de Escuela y USAL que Marta del Pozo espera que en el futuro vaya a más.
No obstante, hay muchos más lugares donde realizar las prácticas: la Comisaría de Salamanca; la Comandancia de la Guardia Civil; con la Policía Local; en la Casa Escuela Santiago Uno (para trabajar con menores), en ONGs como Amnistía Internacional, Cáritas o Proyecto Hombre; en la asociación Plaza Mayor para tratar a víctimas de la violencia de género; en la Gerencia de Servicios Sociales; en la Unidad de Análisis de la Conducta Criminal; o en el Centro Penitenciario de Topas.
Optativas muy diversas que permiten una gran formación
Otra de las características del Grado en Criminología es la gran cantidad de asignaturas optativas que ofrece. Repartidas entre el primer y el segundo cuatrimestre de cuarto curso, son 36 créditos que permiten una especialización del alumnado al elegir este entre lo que más desee aprender.
Si hay tal cantidad de asignaturas optativas (se ofrecen 19 diferentes) es porque “los y las estudiantes de Criminología son muy reivindicativas”, asegura Marta del Pozo. Con esto quiere decir que, a cada año que pasa, el estudiantado reclama nuevas materias en las que desea formarse, y desde la Coordinación intentan ofrecer esas opciones, de momento encontrándose con el beneplácito y la ayuda del Decanato (tanto el actual, con Fernando Carbajo a la cabeza, como el anterior, cuando estaba Ricardo Rivero).
Estas optativas son diversas y van desde el Big Data en Criminología hasta Métodos Microbiológicos y de Biología Molecular en Investigación Criminalística, impartida por el profesor Raúl Rivas y muy demandada ya que incluye prácticas en el laboratorio. No son las únicas: Criminalidad Vial, Diligencias Policiales, Simulación de Juicios… y muchas otras.
“Es una de las grandes fortalezas del Grado, el panel de optatividad. Cuando el alumnado demanda, nosotras intentamos, en medida de lo posible, adaptarnos”, prosigue la coordinadora. Ejemplo de ello es que todos los años, desde que se comenzó a impartir la carrera, se han introducido optativas. Sin ir más lejos, este año se ha añadido Análisis Económico del Delito, demostrando así que “el Grado es vivo porque la Criminología es una ciencia viva”.
Estudiantes con muy buenas notas y que quieren “cambiar el mundo”
Si antes hablábamos de que el profesorado era bueno, el alumnado no se queda atrás. Y es que el Grado en Criminología, pese a tener 145 plazas de nuevo ingreso, tiene una nota de corte de 8,190 (que aumenta a 11,177 en el Doble Grado en Criminología y Derecho, para el que se reservan cinco plazas de cada grado implicado).
Pero la calidad del estudiantado no se mide sólo en la nota de corte, sino en la capacidad de análisis y de pensamiento que tienen quienes comienzan a estudiar Criminología que, por lo general, vienen del Bachillerato, aunque cada vez es más habitual que sea la segunda carrera de estudiantes que ya han hecho otros grados como Derecho o Psicología.
Y es que la Criminología es muy vocacional, asegura Marta del Pozo, por lo que quienes deciden cursarla lo hacen como primera opción (siempre se cubren todas las plazas) y siempre con una perspectiva crítica diferente de la de otras carreras. Marta del Pozo incluso señala que esa perspectiva viene acompañada de “ganas de cambiar el mundo y las cosas”, siendo esto último una de las características de la criminología.
Como ejemplo, la coordinadora del Grado pone los TFG presentados este año, donde llegó a haber 18 trabajos candidatos para matrícula de honor (sólo se otorgaban siete). La temática era muy variada e iba desde la eutanasia hasta la mujer kurda en tiempos de guerra pasando por un proyecto para evitar la reincidencia en menores o para evitar las agresiones sexuales en manada de menores.
“Aprendes muchísimo de ellos porque tienen unas ideas buenísimas y piensan diferente”, refleja la profesora Del Pozo, que cree que los TFG es una lección de cómo el alumnado de Criminología detecta un problema y realiza un análisis en el que cuestionan las normas actuales y buscar una mejor solución que la que, a priori, se le podría dar a dicho problema.
Otra de las características que suele compartir el alumnado de Criminología es, además de esa actitud de compromiso, una capacidad de análisis notable que permita, en situaciones de dificultad, no sólo aplicar una ley para solventarla sino utilizar herramientas para encontrar una solución más acorde. Herramientas de diferentes campos gracias a lo multidisciplinar de la carrera.
En definitiva, el Grado en Criminología es una carrera de futuro donde todo está “por construir y por hacer” y que invita a cambiar el mundo.