Este 23 de febrero se celebra el Día de las Empleadas de Hogar, fecha en la que el colectivo aprovecha para dar visibilidad a sus reivindicaciones por la mejora de sus condiciones de trabajo. ¿El principal objetivo? La equiparación de obligaciones y derechos laborales con el resto de sectores.
Así, la integrante por parte de Cáritas en la Mesa de Empleadas de Hogar, Charo Yuste, apunta que se trata de un sector “que no deja de sufrir vulneraciones por las circunstancias que se dan”. En este sentido, señala que el ámbito de trabajo es privado, que es poco visible y que sigue habiendo mucho trabajo sumergido e irregular. A esto se añade el hecho de que la mayoría de personas que lo desempeñan son migrantes, “muchas veces presionadas por las propias circunstancias de vida”, lo que repercute en sus derechos.
La principal reivindicación del colectivo es poder cotizar en el Régimen General de la Seguridad Social para poder así cotizar para el desempleo. Actualmente, las empleadas de hogar cotizan en contingencias comunes, dentro de un régimen especial de empleadas de hogar.
Piden también la ratificación por parte del Gobierno español del convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el trabajo decente del empleo doméstico. Este convenio supone un compromiso formal de aplicar todas las obligaciones establecidas en el convenio para mejorar las condiciones laborales del sector. Así, contarían además con protección laboral, ya que tal y como recalca Charo Yuste, no hay una legislación concreta sobre protección de riesgos laborales.
La cotización en el Régimen General de la Seguridad Social, la principal necesidad de las empleadas de hogar
Actualmente el sector cotiza en el Régimen Especial, lo que les impide cotizar para el desempleo.
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