La asociación ha señalado que, en caso de que se produzca una interrupción de la actividad constructora, se tiene que hacer con las garantías necesarias para evitar riesgos, sobrecostes y otras dificultades futuras.
Al mismo tiempo, Aeccti ha subrayado que prioriza la salud de los trabajadores y sus contactos, insistiendo en que el objetivo de minimizar los contagios debe aplicarse con "absoluto rigor" en todo el ciclo de la construcción. Por ello, destaca la importancia de que se permita dotar a las empresas de los medios de protección adecuados para trabajar.
"Ante una hipotética paralización, la asociación alude al seguimiento y las medidas que se aplican a diario a las obras en marcha para anular riesgos, y el posible descontrol que puede generar esa interrupción brusca", ha declarado en un comunicado.
Aeccti sostiene que la forma de afrontar correctamente estas situaciones se basa en la combinación de prevención y corrección. "Es imprescindible una cultura de anticipación de lo que pueda pasar para disminuir la exposición ante contingencias y mitigar sus consecuencias", ha puntualizado.
Asimismo, el organismo ha apostillado que una parada no programada va a provocar daños materiales a la propia obra, sobrecostes de retoma, perjuicios por incumplimientos de contratos o conflictos de "muy difícil subsanación".