Y es que, muchas de las medidas contempladas por el Gobierno para contener la propagación del coronavirus y evitar el colapso del sistema sanitario, impactan de manera especial en las personas que padecen demencia como, por ejemplo, Alzheimer.
Y es que, el confinamiento provoca un cambio en las rutinas que les ofrecen estabilidad, como: salir a pasear, acudir a los centros para mayores o de día, y restricción de las visitas de familiares, algo particularmente drástico en el caso de quienes están internos en residencias, geriátricos o centros sanitarios.
Este escenario de excepcionalidad, del que además no existen antecedentes similares, genera un "gran desconcierto" entre familiares y cuidadores de personas con Alzheimer, que se enfrentan a situaciones nuevas y complejas. Por ello, la experta ha destacado la importancia de aceptar la situación "con serenidad" y poner en marcha una serie de estrategias que la hagan más llevadera.
"Ante esta nueva situación debemos generar rutinas nuevas, porque el orden del día a día y un cierto mantenimiento de horarios proveerá a la persona enferma de un marco de referencia estructurado y positivo. Y para los cuidadores, de una guía para reducir el riesgo de verse desbordados", ha dicho.
Además de intensificar la higiene diaria para minimizar el riesgo de contagio y propagación del coronavirus, como lavarse las manos tras un periodo de actividad y siempre tras ir al baño, y antes y después de las comidas, deben establecerse unos horarios regulares cada día. De hecho, la neuropsicóloga ha asegurado que es "altamente recomendable" que tanto la hora de levantarse como de acostarse, así como los horarios del desayuno, comida y cena, sean siempre aproximadamente los mismos.
Las nuevas rutinas deben incluir actividades que favorezcan la estimulación cognitiva y el entretenimiento, como juegos de mesa, manualidades, cantar, escuchar música, mirar fotos, cuidar las plantas o de mascotas. También, se debe fomentar mantener la actividad física diaria, con opciones como caminar por el pasillo, hacer estiramientos, subir y bajar escaleras, o pasarse una pelota blanda o un globo.
"En la medida de lo posible, es importante mantener el contacto social con familiares y conocidos a través de la tecnología, con llamadas telefónicas, chats o videollamadas", ha dicho, para subrayar la importancia de explicar a la persona con Alzheimer la nueva situación para tratar de disminuir su confusión y pueda comprender y habituarse al cambio en las rutinas. Para ello, se deberá adaptar la explicación a la capacidad cognitiva según la fase de la enfermedad y el grado de afectación del lenguaje.