Las piscinas son lugares perfectos para divertirse y huir del calor en verano. Pero no disfrutarlas de forma segura puede provocar graves accidentes como el ahogamiento, una de las diez causas principales de muerte en niños y jóvenes, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En 2018, murieron ahogadas 372 personas en España, de acuerdo a los datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. El 13% de los casos se produce en piscinas.
Cruz Roja Española recuerda que el medio acuático es un riesgo para todos, puesto que la fisiología del ser humano no está adaptada al contacto del agua con las vías respiratorias, e insiste en que los niños y los ancianos componen grupos especialmente vulnerables.
Una amenaza silenciosa para los niños
Una persona adulta puede ahogarse en uno o dos minutos como máximo, según el Ministerio de Sanidad. Un niño, en apenas treinta segundos. El tiempo equivalente a contestar un mensaje de WhatsApp o a encenderse un cigarro puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Tal y como explica a Europa Press el pediatra José María Lloreda, el ahogamiento de un niño es un "proceso silencioso". Cuando los niños se ahogan, no suelen patalear ni pedir ayuda, sino que invierten sus energías en intentar salir del agua, moviendo los brazos de un modo que puede parecer un juego o que están buceando.
No gritan, ni lloran. Intentan echar la cabeza hacia atrás para sacar la boca y la nariz fuera del agua, pero el cansancio acaba venciéndoles. "Lo habitual es que el esfuerzo de intentar respirar les impida hacer una llamada efectiva de ayuda", señala el pediatra.
En este sentido, la OMS subraya la importancia de supervisar en todo momento a los niños en la piscina, ya que los índices de ahogamiento más elevados corresponden a personas de entre uno y cuatro años, seguidos de la franja de edad de cinco a nueve años.
A esas edades, los pequeños son muy curiosos y el agua les fascina, según explica Carlos Urkía, técnico del departamento de Salud y Socorro de Cruz Roja, quien añade que los niños, en especial los menores de dos años, "todavía no tienen reflejos frente a problemas repentinos con el agua".
Cómo actuar en caso de ahogamiento
Las piscinas particulares son las que registran más ahogamientos. Por eso, la Asociación Nacional de Seguridad Infantil alerta de que si un niño no contesta o no aparece, la piscina es el primer sitio al que se debe acudir.
Advertir con rapidez un ahogamiento es clave para evitar un fatal desenlace. Y uno de los errores más comunes que cometen los padres es subestimar los riesgos de una superficie poco profunda. Treinta centímetros bastan para que se ahogue un niño, según confirma el técnico de Emergencias de Cruz Roja: "Incluso las bañeras de plástico, aparentemente tan inofensivas, pueden dar un buen susto".
Si el ahogamiento se produce en una piscina pública o comunitaria, lo primero que debe hacerse es avisar al socorrista encargado de la caseta de salvamento más cercana. Los encargados de actuar en estas situaciones deben ser profesionales.
Una persona que se precipite a salvar a otra, sin estar segura de sus capacidades, puede acabar ahogada. "Si una persona está ahogándose y nos abraza por el cuello puede ponernos a nosotros mismos en peligro", explica Urkía.
Si la instalación no cuenta con servicio de vigilancia, la prioridad es llamar al teléfono de emergencias (112). En caso de poder sacar del agua a la víctima sin correr riesgos, deben aplicarse los primeros auxilios para mantenerla con vida mientras llega la atención médica.
Consejos para prevenir ahogamientos en la piscina
Para evitar ahogamientos en la piscina es importante seguir una serie de recomendaciones:
- Vigile constantemente a los niños cuando están en el agua o juegan cerca de ella. Carlos Urkía destaca que "no se trata solamente de estar en la piscina, hay que prestar atención en todo momento a lo que está ocurriendo" y advierte que esta responsabilidad nunca se debe delegar en un niño mayor.
- Siga la regla 10/20. La Asociación Nacional de Seguridad Infantil recomienda mirar a la piscina cada 10 segundos, como mínimo, y comprobar que puede llegar hasta donde está el menor con el brazo en menos de 20 segundos.
- Instale cercas alrededor de la piscina para evitar el acceso al agua de niños sin vigilancia. El Ministerio de Sanidad recomienda cercar el perímetro de las piscinas privadas con vallas de 1,2 metros de altura mínima.
- Recuerde que los flotadores no eximen a los adultos de vigilar a los niños. Los manguitos, churros, tablas y otros flotadores infantiles son considerados juguetes por los socorristas y, en ningún caso, sirven como pretexto para dejar a los niños sin supervisión.
- No subestime el riesgo de las piscinas hinchables. Desde la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, recomiendan girar boca abajo las piscinas hinchables cuando no se usan y alejar de ellas juguetes y elementos llamativos para los niños.
- Mantenga a los niños alejados de los desagües y de la depuradora. La cuerda del bañador o un tirante del bikini puede provocar que un niño quede atrapado en el fondo de la piscina. Los adultos deben conocer la ubicación del apagado de la instalación eléctrica para actuar ante estos casos.
- No se bañe ni permita el baño a los niños justo después de comer para evitar un corte de digestión. Se recomienda no bañarse hasta pasadas dos horas desde la última ingesta de comida, así como mojarse la nuca, la cara, el tórax y los brazos antes de sumergirse en la piscina para prevenir cambios bruscos de temperatura.
- Asegúrese de que la piscina cuenta con dispositivos de rescate. En toda piscina pública o comunitaria (si el bloque cuenta con más de 30 viviendas) la presencia de un socorrista es obligatoria. Si la piscina es privada, es recomendable disponer de pértiga, salvavidas homologados y tener a mano un teléfono.
- Enseñe a nadar con seguridad a los niños. La OMS destaca la importancia de que niños y adultos aprendan a nadar con seguridad e invita al conocimiento de primeros auxilios para actuar ante los accidentes acuáticos.
Cómo evitar ahogamientos de niños en la piscina y cómo actuar en caso de emergencia
En 2018, murieron ahogadas 372 personas en España, de acuerdo a los datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo. El 13% de los casos se produce en piscinas.
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