El Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la VIII Región, que comprende las provincias de Burgos, Palencia, Soria, Valladolid y Zamora, ha reactivado la campaña ‘No hay fórmulas mágicas, la salud oral es cosa de profesionales’ ante la avalancha de ventas de tratamientos dentales online sin supervisión de un profesional durante las temporadas de Black Friday y Navidad. Su presidente, Víctor Zurita, ha advertido del peligro que conlleva comprar tratamientos como alineadores invisibles o blanqueadores dentales por cuenta ajena, que pueden conllevar daños irreversibles en la boca, como la pérdida de dientes.
Desde el Colegio de Dentistas de la VIII Región alertan, a través de esta campaña, de la proliferación de este tipo de tratamientos a través de las redes sociales, ya que para muchos son el medio habitual para informarse, especialmente entre los más jóvenes. En ocasiones, las compañías que se dedican a la venta online de estos tratamientos se valen de influencers para que promocionen sus servicios sin que, en ninguna ocasión, se hable de los graves riesgos que conllevan.
Entre los más importantes se encuentra la pérdida de piezas dentales, dolores crónicos y problemas al hablar, además de sensibilidad dental, inflamación de encías y pulpitis. A todo esto se une que, en muchos casos, esta comercialización no cumple con las garantías mínimas necesarias para ponerlas a disposición de los consumidores, puesto que la mayoría de los productos no se han sometido a ningún control de calidad.
“Estos tipos de tratamientos dentales, como las férulas de descarga o los alineadores, siempre deben estar prescritos y realizados por odontólogos especialistas. Cada boca, diente y encía es único, por lo que el tratamiento también tiene que ser personalizado. Cuando tenemos una dolencia de otro tipo no se aconseja el autodiagnóstico y el autotratamiento. Con la salud bucodental pasa exactamente lo mismo”, tal y como ha señalado Víctor Zurita.
Los blanqueamientos dentales que venden online también pueden llegar a ser sumamente corrosivos, llevando a la pérdida del esmalte, que debe subsanarse con tratamientos odontológicos, como la colocación de carillas de porcelana.
“No hay ningún tipo de seguimiento, no hay ningún colegiado que pueda hacer revisiones durante el tratamiento, sea del tipo que sea, y se hacen con empresas que, en su mayoría, no cumplen con los requisitos y las normativas vigentes”.
El bajo precio de estos productos es otro de los factores cruciales para que haya incrementado su compra por parte de los ciudadanos. Sin embargo, desde el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la VIII Región advierten de que sus garantías son nulas y que, en muchas ocasiones, desembocan en problemas bucodentales que necesitan una inversión mucho mayor para solucionarse que la intervención inicial.
De hecho, muchos de los damnificados acaban acudiendo a un odontólogo profesional, aunque algunas veces ya es tarde y los daños que se han provocado son graves.
“Desde el Colegio de Dentistas lo que rogamos es que no se dejen engañar. Estamos desde hace mucho tiempo, a nivel nacional, procurando que se pueda crear una ley evitando la publicidad engañosa. Lo barato sale caro y, al final, ante cualquier posible problema de salud, lo más importante es hacer un correcto diagnóstico”.
SANCIONES
El Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la VIII Región advierte de que la venta de este tipo de productos debe seguir las normas establecidas por la ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, que, entre otras cuestiones, regula la actividad de laboratorios, distribuidores y servicios de farmacia, todos obligados a suministrar o dispensar los medicamentos y productos sanitarios que les solicitan en las condiciones legal y reglamentariamente establecidas.
De hecho, en su artículo 3.5, la ley especifica que está prohibida la venta de medicamentos y productos sanitarios sujetos a prescripción por correspondencia y procedimientos telemáticos, considerándolo una falta grave.
También es una falta grave comercializar y/o poner en servicio productos que comprometan la salud o la seguridad de los pacientes, usuarios o, en su caso, de terceros, según se prevé en el artículo 112 c.3. Las faltas graves pueden acarrear una multa entre los 30.000 y los 90.000 euros, aproximadamente.
Desde el Colegio de Dentistas piden que se endurezcan las sanciones, con multas ejemplarizantes, y que la legislación se aplique de manera estricta para solucionar este grave problema para la salud.
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