A las siete en punto de la tarde, todos los ‘hermanos burros’ de la Cofradía del Cencerro se citaban en el local de la Plaza Alemania para comenzar una nueva edición de su tradicional procesión por las calles de Zamora. Esta vez, a las tradicionales roscas de San Antón y al burro que escoltan todos los integrantes de la cofradía, se le unieron también chubasqueros y paraguas.
La intensa lluvia que cayó sobre la capital zamorana no fue un impedimento para que una treintena de miembros de esta cofradía, acompañados por familiares y amigos, fueran haciendo estaciones por la ciudad amenizando los bares por los que pasaban, llenando de folclore las principales arterias de la ciudad y repartiendo las tradicionales roscas de San Antón.
Tras terminar la ruta programada, todos los participantes acudían a un céntrico restaurante para dar cuenta de la denominada “pesebrada”.