Un año más, fieles a la tradición que sus predecesores asentaron mediado el siglo pasado, los miembros de la cofradía del Cencerro han salido a la calle durante la tarde-noche del día de San Antón para procesionar por las calles del centro de Zamora y llenar de música y jolgorio algunas de las arterias principales de la ciudad.
Con su mítico burro como centro de atención, y con los trajes tradicionales y los instrumentos como acompañamiento, los miembros de la cofradía han repartido las roscas de San Antón entre los comerciantes de la zona y han hecho bailar a aquellos zamoranos que se han animado a unirse a la fiesta.
Tras terminar la ruta programada, todos los participantes han acudido a un céntrico restaurante para dar cuenta de la denominada 'pesebrada'.