El Grupo Parlamentario de Ciudadanos en Castilla y León apuesta por un modelo residencial integral, moderno y que asegure la dignidad y el bienestar de nuestros mayores; basado en la incorporación de varias medidas como apuntalar el envejecimiento activo y saludable, reforzar el modelo sanitario, impulsar las unidades de convivencia, eliminar las sujeciones mecánicas y, en definitiva, avanzar hacia un sistema residencial transparente.
Así lo ha manifestado la portavoz en la Comisión de Familia, María Teresa Gago, en su intervención telemática en la Mesa de atención residencial sobre la perspectiva política. “El objetivo es mejorar la calidad de vida y la calidad asistencial de nuestros mayores en Castilla y León”, ha afirmado.
En este momento, ha señalado Gago, nuestra base política es el Pacto para la Recuperación Económica, el Empleo y la Cohesión Social en Castilla y León. “Pacto, que se traduce en el deseo común de prácticamente todos los partidos con representación en las Cortes de mejorar la vida de nuestros mayores”.
Ciudadanos parte de tres premisas para elaborar su modelo de atención residencial. En primer lugar, la necesidad de mejorar el modelo, no de sustituirlo por otro o dar un giro de 180 grados cuando hay cosas que funcionan. “Desde la pasada legislatura, Ciudadanos ha impulsado diversas iniciativas encaminadas a mejorarlo”. Segunda premisa, el COVID-19 ha sido el punto de inflexión que ha supuesto poner fin a la demora de esta reforma y ha puesto de manifiesto que no existe un modelo perfecto. Y, finalmente, reconocer los aspectos y referencias positivas de la realidad socio-residencial de Castilla y León.
Ciudadanos apuesta por un modelo que apuntale el envejecimiento activo y saludable; que propicie que las personas de edad vivan en su casa el mayor tiempo posible, garantizando una atención sanitaria de calidad.
Asimismo, defiende el impulso de las unidades de convivencia que no discriminen por nivel de dependencia ni por capacidad cognitiva. Eliminar las sujeciones mecánicas, restringiendo su uso a la autorización de un facultativo, así como revisar periódicamente su necesidad. Impulsar sellos de garantía en el cuidado de nuestros mayores que reviertan en una mayor calidad en la atención residencial.
Y, finalmente, apostar por un sistema residencial transparente, que revise los instrumentos que garantizan el control público de la calidad de los servicios, y articular los mecanismos necesarios, “de manera que nos permita conocer la salud de nuestras residencias a fin de poder realizar un diagnóstico y tomar decisiones. No se trata de fiscalizar por fiscalizar sino de anticiparnos a los problemas para articular mecanismos de intervención”.