Científicos han ofrecido en la 73ª Reunión Anual de la División de Dinámica de Fluidos de la Sociedad Americana de Física un conjunto de nuevas pruebas que muestran por qué es peligroso reunirse en interiores, especialmente si hace frío y hay humedad, e incluso si se está a dos metros de distancia de otras personas.
En el encuentro, la física matemática y profesora Lydia Bourouiba, directora del Laboratorio de Dinámica de Fluidos de Transmisión de Enfermedades del MIT (Estados Unidos), ha explicado el conjunto de trabajos que ha realizado en los últimos diez años para dilucidar la dinámica de fluidos de las enfermedades infecciosas y la transmisión de enfermedades.
"Mi trabajo ha demostrado que las exhalaciones no son gotitas aisladas sino que de hecho salen como una nube turbulenta y multifásica. Esta nube de gas es crítica para mejorar el rango y cambiar la física de la evaporación de las gotitas dentro de ella. En el contexto de las enfermedades infecciosas respiratorias, particularmente ahora COVID-19, este trabajo subraya la importancia de cambiar las pautas de distanciamiento y protección basadas en la investigación de la dinámica de fluidos, particularmente en lo que respecta a la presencia de esta nube", ha indicado.
El científico del Instituto Nórdico de Física Teórica, Dhrubaditya Mitra, y su equipo se dieron cuenta de que podían utilizar las ecuaciones matemáticas que rigen el perfume para calcular cuánto tiempo tardarán las gotas virales en llegar a su interior. Resulta que no mucho tiempo.
El perfume que usa alguien en la mesa o cubículo de al lado llega a tu nariz gracias a la turbulencia del aire. Las finas gotitas arrojadas por una persona infectada se propagan de la misma manera. Los investigadores descubrieron que por debajo de una distancia relativa conocida como escala integral, las gotas se mueven balísticamente y muy rápido.
Incluso por encima de la escala integral, hay peligro. Según sus cálculos, si estuvieras parado a tres metros, poco menos de tres metros, de una persona infectada, es casi seguro que sus gotas te alcanzarían en un minuto.
"Nos mostró lo inútiles que son las reglas de distanciamiento social una vez que estamos dentro", detalla Mitra, que realizó la investigación con su colega Akshay Bhatnagar en el Instituto Nórdico de Física Teórica y Akhilesh Kumar Verma y Rahul Pandit en el Instituto de Ciencia de la India.
Además de viajar más lejos y más rápido, las gotitas pueden sobrevivir más tiempo en el interior de lo que se creía. Las investigaciones en los años 30 analizaron cuánto tiempo sobreviven las gotitas respiratorias antes de evaporarse o golpear el suelo. Los casi centenarios hallazgos forman la base de nuestro actual mantra de "mantenerse a dos metros de distancia" de los demás.
Los físicos de la Universidad de Twente volvieron a examinar el tema. Realizaron una simulación numérica que indica que la vida de las gotas puede extenderse más de 100 veces más de lo que sugieren los estándares de los años 30. "Las actuales normas de distanciamiento social se basan en un modelo que a estas alturas debería estar anticuado", realta el físico Detlef Lohse, que dirigió el equipo.
En un espacio frío y húmedo, las gotas exhaladas no se evaporan tan rápidamente. La bocanada húmeda y caliente que se produce también protege a las gotitas y prolonga su vida útil, al igual que los efectos colectivos.
Algunas gotitas son más propensas que otras a enfermar. Chaudhuri de la Universidad de Toronto, con investigadores del Instituto Indio de Ciencia y de la Universidad de California en San Diego, investigaron por qué, utilizando experimentos con gotitas de saliva humana y análisis computacionales.
Encontraron que algunas de las gotas más infecciosas comienzan con un tamaño de 10 a 50 micrones. "Con ciertas suposiciones, parece que si todo el mundo lleva una máscara que pueda evitar la expulsión de todas las gotitas por encima de 5 micras, la curva pandémica podría aplanarse", detalla Chaudhuri.