Los modelos comprados por la Consejería de Sanidad fueron distribuidos en los centros sanitarios de Castilla y León a primeros del mes de abril, según sus propias declaraciones, mas sin ninguna comprobación previa sobre su idoneidad y han sido usados en la mayoría durante semanas antes de su retirada a finales de la semana pasada.
CESM, que presentará la querella ante el Tribunal Superior de Justicia, censura que esta distribución del material de protección, sin comprobar su idoneidad, se ha dado después de la experiencia de test y mascarillas defectuosas compradas y distribuidas a nivel nacional, "lo que indicaba que era necesaria la comprobación de los Equipos de Protección antes de su utilización por los profesionales".
A esto añade que, a pesar de tener fundadas sospechas y quejas de profesionales y Servicios de Prevención sobre su dudosa idoneidad, las mascarillas defectuosas han sido distribuidas y mantenido su uso.
"La necesaria precaución a la que obligaba esta experiencia ha sido ignorada por la Consejería de Sanidad, exponiendo innecesariamente a muchos profesionales de nuestra Comunidad a un riesgo cierto de contagio por la alta permeabilidad de estas mascarillas", critican.
Con la anunciada querella, CESM pretende que se diluciden responsabilidades y en el curso del procedimiento se aclare la compra, distribución y comprobación de estas mascarillas.