Los efectos negativos de las agresiones en el trabajo tienen una incidencia directa sobre la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a estas situaciones. Pero también la administración se ve perjudicada. Así se refiere Comisiones Obreras a los trabajadores de Sacyl.
En primer lugar, aseguran, estos comportamientos violentos otorgan una sensación de impunidad a los agresores. En segundo lugar, los costes derivados del absentismo y de la falta de rendimiento son “importantes”. Añaden que el Estado también resulta afectado por el coste que debe soportar el sistema público de Seguridad Social al hacerse cargo de las prestaciones económicas y de asistencia sanitaria que se derivan de los daños en la salud de los trabajadores afectados.
Por esto, piden una actuación “proactiva” con el desarrollo e implementación de un programa sistémico de actuación que se oriente a lograr entornos de trabajo más saludables, centrándose en los factores organizativos y psicosociales, que involucre a toda la organización.
En este sentido, la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en Castilla y León, ha enviado a la Gerencia Regional de Salud una propuesta seria y factible, basada en la normativa y recomendaciones en materia de Prevención de Riesgos Laborales.
Se trata de una serie de medidas preventivas sobre el entorno de trabajo, que entre otras cosas permitan al trabajador acceder a zonas seguras con rapidez, medidas sobre el procedimiento de trabajo, empezando por la adecuación de plantillas, procedimientos de emergencia o rotación en puestos de alto riesgo, y medidas referentes a sistemas de seguridad, teniendo en cuenta su proporcionalidad al riesgo. Y por supuesto, el apoyo a las víctimas, no sólo por sus consecuencias físicas sino también por las emocionales.