Esta semana se ha publicado el VIII Informe sobre Absentismo publicado por Adecco y refleja que durante 2018 se perdieron, cada mes, más de 100 millones de horas de trabajo, que traducido a valor económico suponen 1.350 millones de euros, según comentan.
De esta manera, como reflejan, la tasa de absentismo se define como "el porcentaje de las horas no trabajadas respecto a la jornada pactada efectiva", sin contar vacaciones o festivos. Así, con los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE, esta ha aumentado en los últimos años un 5,3% desde 2014, lo que ha situado a este en un nuevo máximo histórico en España. En un impacto real, como comentan, equivale a que 753.000 asalariados no trabajaron en todo el año, en un aumento ligado a la actividad económica.
Por comunidades autónomas, Castilla y León vio incrementada su tasa de manera amplia. De hecho, forma parte de una de las cuatro regiones donde la pérdida por abstentismo y asalariado es superior a las más de cien horas anuales.
De esta manera, País Vasco (7,9%), Navarra (6,9%), Castilla y León, Asturias (6,3% en ambos casos) y Aragón (6,1%) son las cinco comunidades autónomas en las que más del 6% de las horas pactadas efectivas se pierden por razones de absentismo. Solo en dos regiones la proporción de horas pactadas efectivas que se pierden por absentismo es inferior al 4%: Baleares (2,6%) y Andalucía (3,9%).
Atendiendo a las horas no trabajadas, los escasos movimientos observados tanto en las horas extraordinarias como en las no trabajadas por vacaciones y días festivos explican que las horas pactadas efectivas (horas pactadas totales + horas extraordinarias – horas no trabajadas por vacaciones y festivos) hayan evolucionado de forma paralela a las pactadas. Dentro de una tendencia decreciente, las casi 1.750 horas pactadas efectivas de 2000 se han reducido a 1.630 en 2018.
Hay tres comunidades autónomas en las que las horas pactadas efectivas anuales superan las 1.650: Canarias, la Comunidad de Madrid y Baleares. En la situación opuesta, aparecen tres autonomías con menos de 1.600 horas pactadas efectivas por año: Extremadura, Andalucía y el País Vasco.
Las mayores reducciones de las horas pactadas efectivas entre 2000 y 2018 se observan en Extremadura, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. Las menores se presentan en Canarias, Baleares y el Principado de Asturias.