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Casi medio millón de hogares en Castilla y León manifiesta algún tipo de dificultad para llegar a fin de mes

Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, un 43% de los hogares en Castilla León manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes. Este porcentaje, aplicado al número total de hogares en Castilla León aportado por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) -1.015.500-, da como resultado que 436.665 hogares en la región atraviesan dificultades económicas en su día a día.

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El próximo 20 de febrero se celebra el Día Internacional de la Justicia Social. En este contexto y, por cuarto año consecutivo, la Fundación Adecco presenta el informe “Un empleo contra la exclusión”, con el objetivo de subrayar la importancia del empleo como elemento primordial para reducir la pobreza y la exclusión social, así como dignificar la vida de las personas.

436.665 hogares con dificultades para llegar a fin de mes en Castilla y León

Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, un 43% de los hogares en Castilla León manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes. Este porcentaje, aplicado al número total de hogares en Castilla León aportado por la Encuesta Continua de Hogares (ECH) -1.015.500-, da como resultado que 436.665 hogares en la región atraviesan dificultades económicas en su día a día.

“El crecimiento de variables macroeconómicas como el PIB no conlleva necesariamente una reducción de la pobreza, ya que dichas dimensiones no miden el bienestar social real. Así, ciertos segmentos de la población tradicionalmente más vulnerables no se benefician a corto plazo del crecimiento económico y se convierten en víctimas de la brecha social”- declara Francisco Mesonero, DG de la Fundación Adecco.

“En este contexto, el empleo sostenible se alza como la principal herramienta para combatir, no solo las dificultades económicas de las familias, sino también la desigualdad social que de ella se deriva, impactando en áreas como la calidad de vida, la seguridad o la salud de las personas, que sí son indicadores de bienestar social. El reto es que grupos de población como personas con discapacidad o mayores de 55 años parados de larga duración no solo accedan al mercado laboral, sino que tengan garantías de consolidarse en el mismo y tener una vida digna”- concluye.

Políticas de Diversidad & Inclusión: antídoto contra la pobreza


Si existe un actor que cobra protagonismo en la generación de empleo sostenible para todos, es el tejido empresarial. Las empresas, como agentes sociales que crean empleo y riqueza en nuestro país, tienen ante sí la gran responsabilidad de implicarse en este reto de primera magnitud que, como indica Francisco Mesonero: “ha de estar en la agenda de todas las compañías que, alineándose con la erradicación de la pobreza marcada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), apuesten por políticas de Diversidad & Inclusión que eliminen la discriminación en los procesos de selección y valoren la diferencia como elemento enriquecedor y de competitividad”.

Además, el directivo añade que: “las empresas tienen ante sí el reto de diseñar estas estrategias en un momento de gran incertidumbre y polarización social, que les obliga a avanzar lentamente, dando pasos a medida que van encontrando el consenso social. Sin embargo, hay que actuar con convicción, con la motivación de que es positivo, no solo para aumentar la competitividad de la empresa, sino también para reducir la brecha social”.

Abatir la desigualdad y la exclusión, prioridad empresarial

La exclusión social y la desigualdad son los grandes enemigos de España y, por tanto, adquieren un papel determinante en las estrategias de Diversidad & Inclusión de las empresas, que habrán de desarrollar acciones de inclusión sociolaboral que empoderen a los más vulnerables, así como otras iniciativas dirigidas a reducir las situaciones de desigualdad (por ejemplo, brecha salarial, empleo de las personas con discapacidad, accesibilidad, acoso y discriminación…)

En este sentido: “el tejido empresarial tiene mucho que decir en el marco de la Agenda 2030 y en los años venideros habrá de seguir avanzando para conocer mejor la realidad social, identificando proyectos y acciones a los que contribuir para reducir la exclusión y abordando de manera operativa situaciones de desigualdad en el contexto empresarial.”- recalca Mesonero.

Sin embargo, “no se trata únicamente de paliar desigualdades, sino de aprovechar la diversidad como factor que mejora la competitividad, al optimizar la relación con los principales grupos de interés (clientes, empleados y otros colaboradores)”- concluye.

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