Carlos Herrera recibía con orgullo la Capa de Honras de Aliste y lo hacía recordando a aquellos que la vistieron muchos atrás. “Esta capa que habéis colocado sobre mis hombros ha tenido que abrigar a muchas almas, a lo largo de la historia, en los campos, cuando hacía frío de verdad. Cuando aquellos hombres andaban con las ovejas por estas tierras de Zamora que también he pateado yo y en donde he disfrutado de la honradez sobria de Zamora”, comentaba.
Tras eso, el andaluz reconocía que su alma es algo leonesa. “Soy un castellano y leonés moral. A nosotros en Sevilla vino a salvarnos un zamorano, se hizo santo, allí se quedó y lo veneramos cada 30 de mayo. Es el patrón de la ciudad, San Fernando”, explicaba Carlos Herrero, que concitó la atención completa del auditorio.
Después de esa introducción, también explicó el magnetismo que sintió por las capas pardas desde el inicio. “Podría hablaros mucho de cómo llego mi fascinación por las capas pardas. Fue un amor de lejanía, un amor como se puede tener por una actriz a la que no conoces y te emociona. Veía vídeos, me interesaba hasta, que un día me encontré con mi amada. Tu amada te mira y te acepta en su seno. Y te impresiona cuando ves venir la cofradía con el Cristo a las tantas de la madrugada, una noche fresca y cantas el miserere y notas que hay algo que te ha dejado dentro ese momento”, reconocía.
Para finaliza su intervención, Carlos Herrera leía el artículo que escribió hace unos años en una revista de tirada nacional y que tuvo una importante repercusión a nivel mediático.