La prevalencia de las alergias ha aumentado numerosamente en los últimos años, especialmente en los más pequeños, llegando al 30% en la población pediátrica. Sin embargo, dado que estos crecen, el número de adultos con mayor número de alergias, también crece.
Tal y como detallan los expertos, los niños empiezan con dermatitis atópica cuando son muy pequeños, después empiezan a aparecer las alergias a alimentos y posteriormente, cuando son más mayores, a alérgenos ambientales.
Lo más frecuente para los pequeños, aparte de las alergias ambientales como el polen, ácaros, mohos del ambiente o pelo de animales, son las alergias a los alimentos. Para adultos, lo más habitual, como decíamos, son las alergias ambientales, especialmente las respiratorias que afectan con rinoconjuntivitis o asma.
Además, en los mayores se dan las alergias a los fármacos, ya que tienen más patologías y utilizan más medicamentos: “Es cuestión de edad, porque en los niños también se utiliza menos medicación que en adultos, por mera cuestión de probabilidad acaba habiendo más reacciones por fármacos en adultos”.
La influencia de los hábitos de vida en las alergias
Según los expertos, una de las teorías que intenta explicar por qué el sistema inmunitario de los alérgicos se dedica a tener reacciones que no deberían ocurrir es la teoría de la higiene. Las vacunas, los antibióticos y los cuidados sanitarios del modo de vida occidental “nos protegen frente a cualquier agresión de gérmenes o medio ambiente”. De hecho, añaden, la incidencia de las patologías alérgicas se da sobre todo en países del primer mundo, no del tercer mundo.
Además, desde el punto de vista climático, explican que se ha comprobado que desde el punto de vista alergénico los pólenes son más agresivos en zonas contaminadas. Cuenta el testimonio de pacientes que “cuando vivían en el campo estaban perfectamente y no tenían ninguna alergia y cuando se van a la ciudad, paradójicamente, se hacen alérgicos a pólenes”.
Esto ocurre porque muchas de las proteínas que provocan las alergias son proteínas de defensa de las plantas, que se expresan con más intensidad y concentración cuando las plantas se ven agredidas de alguna forma. Esta agresión puede venir por pesticidas, por las partículas diésel de los motores de combustión o por plagas de insectos, entre otras.
Nuevas alergias
El alergólogo Muñoz Bellido explica que entre algunas de las alergias que más han llamado la atención en los últimos años está el anisakis, un parásito del pescado que anteriormente no estaba identificado o provocaba confusiones: “antiguamente se consideraba como alergias a pescados que no se acababan de aclarar muy bien, porque unas veces tenían reacción y otras no”.
Además, surgen otros casos debido a la internacionalización de la dieta por la que entran alimentos nuevos a los que no estamos acostumbrados. Entre ellos, el sésamo, “un alimento que no estaba muy incorporado a la dieta. Ahora vemos alergias al sésamo y a otras semillas que no son habituales”.