En concreto, de acuerdo con este informe, el 36,3% de los encuestados cree que el modelo será en el futuro una combinación de trabajo presencial y teletrabajo; el 19,2% considera que solo existirá el teletrabajo y el 7% espera que el trabajo en remoto sea opcional.
Por su parte, el 12,8% de los profesionales españoles considera que volveremos a un modelo caracterizado exclusivamente por el trabajo presencial, en tanto que el 24,8% restante prevé un escenario laboral en el que primará la flexibilidad en cuanto a los horarios de trabajo.
El estudio refleja que la apuesta por el teletrabajo en España es "claramente superior" a la de otros países. Así, el porcentaje de trabajadores que apuesta por este modelo es en España 2,9 puntos porcentuales superior al del conjunto de países europeos (59,6%) y se sitúa cuatro décimas por encima de la media global (62,1%).
También España supera los datos de Alemania (55,7%), Francia (58,4%) o Italia (59,2%), siendo Portugal el único país que sobrepasa el porcentaje español, con un 69%.
Según Randstad, cuanto mayor es la edad del profesional, mayor es su confianza por un modelo en el que el teletrabajo es dominante. Así lo piensan el 65% de los trabajadores mayores de 45 años, frente al 54,5% de los trabajadores de entre 25 y 55 años y el 47% de los menores de 25.
El informe también revela que dos de cada tres trabajadores españoles afirman haberse sentido apoyados anímicamente por su empresa durante la pandemia, un porcentaje 4,5 puntos inferior a la media europea y 5,9 menor a la tasa global.
De hecho, la percepción de los españoles hacia sus empresas es peor que la de todos los países del entorno, como Francia (81,4%), Reino Unido (72,4%), Alemania (67,3%), Italia (66,3%) y Portugal (65,6%).
Los trabajadores españoles de los sectores químicos (85,7%), automóvil (85,7%), industria alimentaria (82,4%), servicios financieros (75,75) y tecnología (73,5%) son los que más se han sentido arropados por sus empresas. En el otro extremo, las peores valoraciones se las llevan los sectores energético (33,3%), educación (53,8%) y hostelería (54%).