A uno de cada tres consumidores le resulta difícil o muy difícil pagar el dentista

Aunque la recomendación habitual es la de acudir al dentista una vez al año para una revisión rutinaria, solo lo hace el 58%.

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Paciente con un dentista en una clínica odontológica.
Paciente con un dentista en una clínica odontológica.

La higiene dental, junto con las revisiones periódicas en el dentista son básicas para evitar la pérdida de piezas dentales y enfermedades que limiten la capacidad de masticar, pero también de hablar y sonreír. Por desgracia, a uno de cada tres consumidores le resulta difícil o muy difícil visitar al dentista, aunque solo sea para realizar una revisión de la boca, según una encuesta realizada a una muestra representativa de la población española entre 18 y 79 años realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Aunque la pauta habitualmente recomendada es la de acudir al dentista una vez al año para una revisión rutinaria, solo lo hace así el 58% de los encuestados. Un 10% lo hace cada dos años, un 14% con menos frecuencia aún y el restante 18% dice que no va nunca o solo cuando le duele algún diente o tiene problemas en la boca. La principal razón para no visitar más a menudo al dentista es económica: a muchos les resulta demasiado caro y no pueden asumir fácilmente ese coste.

OCU advierte que la falta de presupuesto para acudir al dentista tiene consecuencias: apenas la mitad de los consumidores encuestados califica su salud bucodental como buena o muy buena. Obviamente, la falta de hábitos de higiene bucal no ayuda, pero es más fácil olvidarlos si no se cuenta con recursos suficientes acudir regularmente al dentista.

Las respuestas de los encuestados también revelan lo que suelen costar de media las distintas intervenciones:

  • Una revisión o limpieza dental, 60 euros.
  • Un empaste, 80 euros.
  • Una extracción, 110 euros.
  • Un tratamiento de las encías (curetaje): 200 euros.
  • Una endodoncia: 250 euros.
  • Un blanqueamiento dental: 300 euros.
  • Un implante: 1.850 euros.
  • Una ortodoncia: 2.000 euros.

 

El 72% de los encuestados tuvo que pagar el tratamiento completo de su bolsillo. El resto contó con la ayuda de un seguro dental que cubrió una parte del importe, o bien lo hizo a través de la sanidad pública (principalmente extracciones o revisiones). La satisfacción con el resultado fue en general buena, sobre todo cuando se acudió a una clínica independiente. No obstante, para un tercio de los encuestados el coste fue difícil o muy difícil de afrontar: su economía familiar quedó maltrecha y la factura del dentista se dejó sentir a lo largo de los siguientes 12 meses.

Lamentablemente, apenas un 5% de los encuestados pudo acudir a la sanidad pública, que apenas cubre las extracciones dentales, algunas enfermedades de la boca y algunas medidas preventivas para niños y mujeres embarazadas. Para tratamientos tan comunes como empastes o endodoncias hay que acudir necesariamente a un dentista privado, un reto para la economía de muchas familias. También es el caso de procedimientos complejos que, al margen de cuestiones estéticas, son imprescindibles para mantener la funcionalidad, como los implantes, el tratamiento de la enfermedad periodontal o en muchas ortodoncias. OCU solicita una vez más, pues se trata de una histórica reivindicación, que la sanidad pública no se olvide de la salud bucodental y lanza una campaña para solicitar a las autoridades sanitarias un aumento progresivo de la cobertura dental de los españoles, empezando por las economías más vulnerables.

 

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