En este incremento ha tenido importancia la normativa que regula en España la inspección técnica de vehículos y que entró en vigor en mayo de 2018, con el control de emisiones de vehículos ligeros y pesados por medio de la lectura de los registros en las centralitas del motor, que ha conseguido detectar unos 180.000 vehículos más con emisiones no acordes con la normativa.
Esta tasa de rechazo obedece a que durante las inspecciones se detectaron hasta un total de 27.225.429 defectos, de los cuales 8.385.076 eran graves (imposibilitan que el vehículo pueda superar la inspección técnica). Así, el promedio de errores graves detectados por vehículo rechazado es de 2,5.
Los segmentos en los que más defectos graves se encontraron fueron el de alumbrado y señalización (24,9%), ejes, neumáticos y suspensiones (20,1%), exceso de emisiones contaminantes (16,2%), y los relativos a frenos (13,3%). Los vehículos que presentaron mayores defectos graves fueron camiones (30,6%), remolques y semirremolques (28,9%), autobuses (26,8%) y furgonetas (25,8%).
Según el director gerente de AECA-ITV, Guillermo Magaz, el parque español tiene 12 años de antigüedad de media, "uno de los más antiguos de Europa, lo que supone un problema desde el punto de vista de seguridad y medio ambiente". En países como Reino Unido, Francia o Alemania, la media de edad está entre los 8 y 9 años. Antes de la crisis económica, en 2007, la media del parque móvil español era de 8 años.
Por otra parte, la colaboración entre la Dirección General de Tráfico (DGT) y la asociación ha permitido un mayor control para detectar a través de cámaras y radares implantados a partir de 2018 cuando un vehículo tiene pasada la ITV. Además, las estaciones envían a la DGT información en tiempo real de su actividad inspectora.
A pesar de ello, a AECA-ITV le preocupa el nivel de absentismo es decir, vehículos que circulan sin tener la ITV vigente, que en España se sitúa en el 20%. Magaz pone el foco de atención en el llamado transporte de última milla (furgonetas) y motocicletas y ciclomotores. En el caso de las furgonetas, el nivel de absentismo alcanza el 40%, lo que supone que cerca de 2,2 millones de vehículos circulan sin la inspección en vigor.