Una trampa con feromonas es el nuevo mecanismo de defensa que utilizará el Ayuntamiento contra el repunte de ejemplares de la procesionaria. Se trata de un mecanismo que a través de feromonas atraerá a los machos que volarán hasta la trampa y quedarán atrapados en su interior cumpliendo así varios objetivos.
El primero de ello es que gracias a ella se reducirá el número de machos, por consiguiente, se verá disminuida la proliferación de este insecto y además permitirá controlar el número de ejemplares para conocer si en Zamora existe riesgo de plaga o no.
Los primeros resultados se conocerán a mediados de septiembre y a partir de ellos se establecerá el nivel y lo tiempos de actuación. En el caso de que las trampas contabilicen un número de machos como para considerar que hay plaga, el Ayuntamiento actuaría de inmediato con el tratamiento de exterminación a base de algas marinas.
De no dar resultado positivo se realizaría una nueva medición en octubre. De no determinarse un riego de plaga, se seguiría con el tratamiento habitual a principios de primavera. El concejal de Medioambiente ha querido dejar claro que no se trata de un mecanismo para la erradicación completa de la procesionaria puesto que esta "es importante para preservar el ecosistema ya que sirve de alimento a otros animales como las aves", concluyó.
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