La ayuda y supervisión de los deberes escolares por parte de los padres tienen un efecto "débil" en el rendimiento educativo del alumnado, según un informe de la Fundació Jaume Bofill y del Institut Català d'Avaluació de Polítiques Públiques (Ivàlua), que revisa decenas de estudios realizados sobre el efecto de la implicación familiar en los logros educativos de los alumnos.
La revisión, que se presenta este martes en Barcelona, remarca que factores como las actitudes o las expectativas que los padres proyectan sobre la educación tienen un efecto mayor que las formas basadas en el control parental, como la "verificación" de los deberes.
El informe señala que la implicación parental y el rendimiento académico presentan una asociación positiva y significativa, y sostiene que las "actitudes y comportamientos sutiles" tienen un efecto mayor.
Estos comportamientos sutiles, como un ambiente de apoyo parental y la comunicación de expectativas de rendimiento elevado, tienen un efecto mayor que la implicación en actividades educativas.
La revisión sostiene que el efecto de la implicación en casa --comunicación, lectura compartida, juegos educativos-- suele ser superior que la llevada a cabo por los padres en la escuela --participar en jornadas, voluntariado o implicarse en la gobernanza--.
También señala que la implicación parental en Secundaria es igualmente efectiva si se orienta a la "socialización académica", como el fomento de la motivación por aprender, promover aspiraciones educativas y debatir estrategias de aprendizaje.
Por contra, la revisión de la Fundació Bofill e Ivàlua señala que la ayuda y la supervisión en los deberes de los hijos tiene un "efecto débil y, en algunos estudios, incluso negativos".
La revisión demuestra que los programas de implicación parental tienen un "impacto significativo, si bien entre pequeño y moderado" en el rendimiento educativo de los alumnos.
Aprender a leer
Recoge que los programas destinados a ayudar a los hijos a aprender a leer son los que muestran impactos positivos de mayor magnitud, así como las actividades más estructuradas y focalizadas en el aprendizaje, mientras que los destinados a hacer los deberes tienen, "en el mejor de los casos, un efecto pequeño".
El informe también subraya que los programas más breves suelen funcionar mejor que los de larga duración, y que el impacto se sostiene para niños y familias de cualquier nivel socioeducativo y nivel educativo parental.