En España en torno al 20% de los trabajadores son autónomos. Una parte de ellos no puede permitirse pagar un local, así que trabajan desde su propia casa. Hasta ahora, el criterio de Hacienda estaba muy claro: en la Declaración de la Renta solo se podían deducir gastos de suministros (luz, agua, gas, teléfono...) cuando el total de esas facturas pudiese achacarse a una actividad profesional.
En la práctica, significaba limitar estas deducciones a las facturas asociadas a un local en el que se desarrolla exclusivamente una actividad económica. Ahora una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid respalda la demanda de una autónoma y pone en duda los criterios del fisco. El juez considera que si se permite "la afectación parcial de la vivienda a la actividad económica", por pura coherencia deberían permitirse ciertas deducciones en los suministros de dicha vivienda.