La Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Sanidad en Zamora, está llevando a cabo la campaña de control sobre las matanzas domiciliarias de cerdos en la provincia, que comenzó el 27 de octubre y finalizará el 1 de abril de 2018. El fin de semana del puente de la Constitución y el periodo navideño son los días en que se intensifican las matanzas de cerdos en los domicilios particulares de los pueblos. La pasada campaña se alcanzó la cifra de 2.256 cerdos sacrificados, lo que supone un aumento de casi el 9% respecto a la campaña 2015/2016.
La normativa vigente regula el reconocimiento sanitario de cerdos sacrificados en domicilios particulares, para autoconsumo y establece un sistema de identificación empleado en el control sanitario en origen de los animales silvestres que, abatidos en actividades cinegéticas, se comercialicen para consumo humano. Con esta medida se pretende garantizar, fundamentalmente, un adecuado análisis micrográfico para evitar la aparición de casos clínicos de triquinelosis humana.
Las tareas de control sanitario derivadas de estas matanzas son realizadas por veterinarios oficiales de la Junta de Castilla y León y, además, se faculta la participación voluntaria de veterinarios colaboradores previa solicitud al Jefe del Servicio Territorial de Sanidad. En la campaña actual participan 35 veterinarios colaboradores.
Durante la pasada campaña 2016/2017 se reconocieron un total de 2.256 cerdos sacrificados en domicilios particulares, 53 por servicios veterinarios oficiales y 2.203 por los profesionales colaboradores que han prestado sus servicios. Esto supone un aumento de 146 animales respecto a la campaña 2015/2016, en la que se analizaron 2.057 animales, 87 por servicios veterinarios oficiales y 1.960 por los veterinarios colaboradores.
Las tradicionales matanzas tienden a la baja y desde la campaña 1999/2000 el número de análisis realizados ha disminuido más de un 84 %. Esta mengua generalizada se debe fundamentalmente al cambio de los hábitos alimenticios de la población.
La carne obtenida y sus correspondientes derivados solamente pueden destinarse al consumo familiar, estando prohibida su comercialización.
Respecto a los animales abatidos en cacerías, en la última campaña 2016/2017 se analizaron 169 jabalíes y 11 ciervos y en la anterior, 2015/2016, 212 jabalíes. Estas presas, que también son objeto de control, son sometidas a examen para detectar posibles anomalías y verificar que la muerte no se debe a motivos distintos de la caza. Además son identificadas con un precinto antes de su traslado a un establecimiento de manipulación de caza silvestre para su posterior venta pues sí pueden estar destinadas a la comercialización y, por ello, tienen una inspección específica.