ASPACE apunta que las piscinas son equipamientos de ocio habituales en los complejos deportivos municipales, a nivel particular en viviendas o urbanizaciones y en establecimientos turísticos. Además, señalan que hay que tener en cuenta que todas las personas, en una o en varias etapas de nuestra vida, de forma temporal o permanente y en mayor o menor medida, vemos limitadas nuestras condiciones físicas, psíquicas o sensoriales.
Desde la asociación recalcan que los diseños tradicionales no resultan accesibles o representan riesgos a una gran parte de los usuarios, y que para que una piscina sea considerable accesible su entorno, accesos, edificaciones y servicios vinculados también deben serlo. Por ello, afirman que es recomendable que se cuente con sillas de ruedas para agua.
Otras medidas recomendables son contar con una rampa suave acompañada de pasamanos, un pavimento antideslizante así como una zona plana de metro y medio al fin de la rampa y donde la profundidad del agua no supure los 75 centímetros, estando las medidas debidamente indicadas y visibles, la existencia de grúas específicas para entrar y salir del agua.
ASPACE recuerda que es obligatorio facilitar el acceso a personas discapacitadas en las piscinas tal como establece la ley. Por todo lo expuesto, desde la Federación de asociaciones de atención a personas afectadas por parálisis cerebral y discapacidades afines de CyL se insta al cumplimiento de la normativa vigente en materia de accesibilidad a las piscinas, para que todas las personas con discapacidad, incluidas las personas con Parálisis Cerebral, puedan disfrutar de las actividades inclusivas de ocio comunitario en igualdad de condiciones que el resto de personas de la comunidad.
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