Durante esta semana, varios agentes de la Policía Local de Zamora se han estado formando en la utilización del nuevo radar velolaser que lleva aproximadamente un año en el mercado. Se trata de un dispositivo que poco a poco se va viendo en más calles de las capitales de nuestro país, ya que la Policía Local tiene en él a un extraordinario aliado. Y no solo para controlar la velocidad en las vías, y por tanto tener la capacidad de tramitar denuncias, sino que también puede tener otros usos.
Entre esos usos se encuentra el vigilar coches que acceden sin autorización a zonas peatonales, o medir el flujo de vehículos que atraviesan una vía en concreto; una situación, esta última, que puede ser de importancia a la hora de regular los semáforos o buscar alternativas en caso de que se considere que el paso de vehículos es elevado en cuanto a densidad.
A diferencia de los radares fijos o los radares móviles instalados en vehículos, este radar es mucho más discreto. Su pequeño tamaño y su facilidad para montarlo y desmontarlo permite a los agentes moverlo de lugar cuantas veces lo crean oportuno sin que los ciudadanos se percaten de su presencia. Una situación de camuflaje que resulta mucho más evidente al permitir que el coche patrulla se ubique a varios metros de distancia, dado que el radar viene provisto de tecnología wifi.
Su presencia en las calles de Zamora, como muestra la imagen cedida por Radar Zamora, ya ha levantado las primeras críticas y suspicacias sobre el afán recaudatorio de esta medida. Eso sí, de momento, según ha podido saber zamora24horas, la presencia de este velolaser en las calles de la capital zamorana responde únicamente a una prueba para la formación de los agentes. Y es que todavía no está confirmado que el Ayuntamiento de Zamora vaya a realizar la inversión de unos 20.000 euros que tiene de coste el aparato para adquirirlo.