En su opinión, ¿qué supone la declaración BIC para la Semana Santa de Zamora?
En un principio yo vi esta declaración como un paso previo para llegar a ser considerados por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero no solo es eso. Y es que se trata de una situación que beneficia a toda Zamora a nivel turístico y también a nivel económico. Se puede sacar partido en el sector comercial y también en subvenciones directas, ya que habrá una partida destinada a ello al igual que ya lo hay por ser Interés Turístico Internacional.
¿Qué destacaría de la Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo del Amparo?
La Semana Santa de Zamora no es igual que las demás, puesto que todas las procesiones son diferentes. Tengo el honor de representar a la cofradía de las capas. El intimismo que tiene, el espíritu rural, el religioso, yo creo que nos caracteriza y nos diferencia de algunas otras.
¿Qué momento es para usted el más importante o emotivo del desfile?
Hay un momento que es el más importante para mí, que por desgracia no lo puede ver nadie. Que es cuando se cierran las puertas del centro, el estar reunidos los 150 hermanos dentro de la iglesia rezando. Al público le diría que estuviera en los arcos por la puesta del Obispo, San Ildefonso y como no el Miserere en las puertas de la iglesia de Olivares.
¿Y qué momento destacaría de la Semana Santa de Zamora?
Como presidente de la Junta Pro Semana Santa no puedo responder, porque toda la Semana Santa de Zamora es para destacar y todo el trabajo que hace cada cofradía es de alabar.
¿Qué deseo tiene para esta Semana Santa?
Todo discurra con normalidad, que todas salgan bien, que nos arropemos unas a otras como hemos hecho últimamente y que disfrutemos todos de la Semana Santa. Por desgracia esto tenía que ser cada seis meses (risas). Animar a todos, los de dentro y los de fuera que nos vengan a visitar y que animen la ciudad, porque la Semana Santa es la industria que tiene Zamora.