La Asociación Nacional de Profesores Estatales realizó su valoración del curso que finalizó en los últimos días de junio. Respecto a ello, vuelven a centrar sus peticiones en la “imperiosa necesidad de impulsar un pacto o acuerdo de estado básico que dote de estabilidad al sistema, aleje a la educación de la confrontación ideológica permanente y siente las bases de un compromiso para hacer de ella una verdadera prioridad política y social”.
Considera, de hecho, la actual situación del profesorado como desmotivada por lo que plantea que se pongan en marcha todas las actuaciones “que dignifiquen la figura del profesor, le devuelvan su valoración social y hagan más atractiva y motivadora su tarea, de modo que consigamos atraer a la docencia a los mejores profesionales. Es imprescindible contar con el profesorado y convertirlo en uno de los pilares del pacto, porque ninguna reforma educativa podrá arraigar si en ella no se cuenta con la implicación de los docentes”.
A esta conclusión se llega después de numerosas quejas tras el último año. Entre ellas la normativa que regula los requisitos para la obtención del título de graduado en la ESO y en el Bachillerato, que permite titular en los niveles obligatorios con dos materias pendientes y con una media inferior a cinco, “medida cuestionada por ANPE por atentar contra la cultura del rigor y el esfuerzo y que puede afectar negativamente a la desmotivación del alumnado y del profesorado”.
A pesar de ello, considera que el acuerdo por el que se crea una Subcomisión en el Congreso para la elaboración de un gran Pacto de Estado Social y Político por la Educación servirá de base para que el Gobierno elabore un proyecto de Ley Básica de Educación, que sustituya la legislación vigente y que nazca con vocación de estabilidad a partir de un amplio acuerdo político y social.
“Nuestras prioridades pasan por la reversión de los recortes en educación, el impulso de la enseñanza pública como garante de la cohesión social y el principio de igualdad de oportunidades, que como principios transversales impregnen a los verdaderos pilares que deben sustentar el pacto como la vertebración del sistema, su modelo y estructura, la financiación de la enseñanza, el desarrollo profesional de los docentes, el funcionamiento de los centros, y la coordinación y cooperación entre todas las administraciones educativas para asegurar la implantación de cualquier reforma. Pero desde nuestra voluntad colaboradora en la búsqueda del pacto también tenemos que mostrar nuestro escepticismo porque conocemos la encrucijada en la que se encuentra la educación en España, caracterizada por una fuerte ideologización y agravada ahora por las tensiones políticas y territoriales”, comentan.
ANPE se queja no solo por la desvertebración en los libros de texto, sino también en la propia distribución curricular, en las pruebas de evaluación o en las convocatorias a los cuerpos docentes, entre otras cosas. Además, pide dotar de seguridad jurídica y rigor a los procesos que se convoquen y fijar unas reglas del juego que sean conocidas con suficiente antelación por todos los interinos y aspirantes.