En los próximos días debería clarificarse qué ocurrirá con la Educación en nuestro país y por ende en la provincia de Zamora. Este miércoles se avanzaban muchas cuestiones en la reunión que mantenía la Ministra de Educación y los responsables educativos de todas las comunidades autónomas. Sin embargo, si hay una palabra que repiten todos los estudiantes desde que hace un mes se vieran obligados a abandonar las aulas es “incertidumbre”.
La situación afecta a todos los estudiantes por igual, pero si hay un curso clave que acusa mucho más esta situación es el de Segundo de Bachillerato. Se trata de un curso en el que los alumnos terminan de redondear sus notas con el objetivo de tener más opciones de elegir con garantías las opciones de su futuro. Una nota que se ve complementada con los resultados de la EBAU, que ya ha sido aplazada debido a la crisis del coronavirus y para la que no hay ‘Plan B’. Queda por ver qué temario se incluye, toda vez que parece imposible realizar una EBAU única debido a que cada comunidad ha fijado unas fechas diferentes para realizar estos exámenes.
Un ejemplo de esta situación de incertidumbre la viven los alumnos de Segundo de Bachillerato del colegio Medalla Milagrosa de Zamora, donde los profesores están tratando de ofrecer todo el contenido educativo mediante sistemas telemáticos, con clases personalizadas por videoconferencias y con material que distribuyen a sus alumnos. Todo a la espera de que el Ministerio aclare el temario que entrará en Selectividad.
Lola García, alumna de Segundo de Bachillerato de este centro educativo, explica cómo está viviendo esta situación: “Creo que es importante conservar la calma en este último trimestre. Personalmente la incertidumbre de la situación me pone nerviosa porque no nos han dado una solución final a este problema. En este curso es muy importante tener una nota, está claro, y que la vamos a tener también está claro. El problema es que no sabemos cómo van a evaluarnos; es decir, cómo van a ponernos esa nota. Es necesario que aclaren nuestras dudas lo antes posible”.
En este sentido, también apela a la importancia que juega la auto exigencia en esta situación: “Nuestra propia responsabilidad también es una parte muy importante porque a pesar de la ayuda que los profesores nos proporcionan, nosotros tenemos que dar mucho más de nosotros. Afrontar esta situación con positividad, ir estudiando poco a poco, apoyarnos en nuestra familia y amigos es la mejor manera de superar esta dificultad”.
Por su parte Jimena Rodríguez, también del Medalla Milagrosa, explica: “Es difícil y he tenido momentos en los que esa sensación de incertidumbre me vence. Echas de menos todo y a todos y quieres volver a la normalidad. Pero en esos momentos es cuando intento pensar en toda la gente que se está entregando sin pensar en su antigua normalidad y en todos esos que por mucho que quieran no van a poder volver a su normalidad. Te das cuenta que una vez más eres un privilegiado, que hasta de esto puedes sacar algo positivo, una lección de vida y la EBAU, las fechas, los planes pasan a un segundo plano”.
Hay que apuntar que Jimena Rodríguez está a la espera de conocer si consigue una de las 50 becas otorgadas a nivel nacional dentro del programa ‘Becas Europa’. En principio la decisión se ofrecería a finales de este mes de abril, pero la situación que atraviesa el planeta hace pensar que el fallo se pospondrá. Sobre la EBAU, agrega: “Es verdad que la EBAU sigue siendo algo importante pero se convierte únicamente en un objetivo que hay que pasar y que realmente para lo que sirva sea para convertirme en alguien que en el día de mañana pueda ayudar tanto como hay gente haciéndolo hoy”.
Otra alumna que muestra cómo está viviendo este confinamiento es Lucía Alonso, también del colegio Medalla Milagrosa de Zamora: “Si tuviera que resumir todo lo que está pasando en una palabra es incertidumbre. Incertidumbre no solo ante si volveremos a clase o cómo haremos los exámenes, sino ante la vida en sí. No sabemos cuándo saldremos de esto, cuándo todo volverá a la normalidad o las repercusiones que tendrá para nuestra generación esta pandemia. También me siento robada de experiencias que cualquier otro año un estudiante de segundo de bachillerato tendría. Desde la graduación hasta el último día de colegio. Pasando por muchas fiestas y horas de clases con tus compañeros y profesores. Es muy fácil ser egoísta y decir ¿por qué nosotros, no había otro año para que pasase todo esto? Pero es en estos momentos cuando te das cuenta de que no es la graduación en sí lo que te importa, sino estar con tu familia y amigos y que todos estén bien”.
Por último, Lucía Alonso explica cómo encara este último trimestre: “Afronto un último trimestre con miedo. Miedo a cómo van a evaluar los profesores. Miedo a que por culpa de los exámenes y tareas no se refleje lo que estudie y acabe con mala nota. Miedo a la inestabilidad. Miedo a no estudiar la carrera que quiero. O miedo a que alguien a quien quiero o yo misma enferme. Pero aun con todo esto no queda otra que afrontar lo que queda con fuerza y con una sonrisa. Se dice que no hay mal que por bien no venga y esto nos ha ayudado a todos los de segundo a parar y afrontar todo esto con fuerza. Tendremos una EBAU con más opciones, facilitando el acceso a la carrera que queremos. Después de la tormenta siempre llega un arco iris y aunque ahora todo lo veamos muy negro miraremos para atrás y sacaremos cosas buenas de todo esto”, zanja.