Uno de los cambios que tenemos que hacer en nuestra alimentación para ayudar a nuestro corazón es dar más importancia a los productos de origen vegetal, aseguran desde la Organización de Consumidores. Consumimos demasiadas proteínas procedentes de alimentos de origen animal. Esto no quiere decir que los tengamos que excluir de nuestra dieta. La carne y el pescado nos aportan nutrientes beneficiosos para nuestra salud, especialmente, los famosos omega 3 de los pescados azules. Pero también, suponen en muchos casos un incremento en el consumo de grasas y, sobre todo, calórico. Y es que el sobrepeso no le va nada bien a nuestro corazón. Por eso, las frutas y verduras son nuestras grandes aliadas.
La composición nutricional de los vegetales, tanto por su bajo aporte calórico como por su contenido en vitaminas y minerales, es el argumento para que formen la base de nuestra alimentación junto a los cereales integrales y sin olvidarnos de las legumbres.
¿Una buena receta? Aprender a cocinar sano
Cocinar está de moda. Y, a nuestro corazón le beneficia esta tendencia. No es necesario ser un gran chef, al contrario, la cocina sencilla basada en productos frescos es la mejor receta. Empleando productos de temporada nos aseguramos poder elaborar platos con sabor y que no requieren grandes preparaciones culinarias. En la sencillez está el secreto, por eso hay que dejar para ocasiones realmente especiales los fritos y aquellos platos donde las salsas y la abundancia son protagonistas.
Cuidar nuestro corazón no quiere decir que tengamos que estar a régimen, quiere decir que tenemos que llevar una alimentación consciente y responsable donde, los platos preparados, la sal y el alcohol no tienen que ser protagonistas.
Es importante tomar la sal en su justa medida. Para eso un truco que nos permite disfrutar de los platos es sustituirla por hierbas aromáticas. Es un reto descubrir como los sabores se matizan o intensifican en función de la hierba que empleemos.
Los suplementos, mejor naturales
Está claro, los omegas 3 son beneficiosos para nuestro corazón. La industria nos facilita alimentos enriquecidos en estos ácidos grasos cardiosaludables. Incluso los podemos encontrar en suplementos “recomendados”, por ejemplo, por la Fundación Española del Corazón tal y como sucede con los famosos MegaRed. Pero no hay peor recomendación que obviar que si nuestra dieta es variada, no hay necesidad de recurrir a este tipo de productos.
La mejor recomendación, por lo tanto, es pastillas las justas aunque te quieran dar a entender que las necesitas. Los omegas 3 los encuentras en el pescado azul y los frutos secos como las nueces que además de aportarte estas grasas cardiosaludables también te aportan vitaminas, minerales e incluso fibra. Y es que al final, los alimentos frescos nos aportan mucho más que unos suplementos. Y eso es bueno para nuestro bolsillo y nuestro corazón.
Qué alimentos te ayudan a mantener un corazón sano
“Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”. Esta recomendación de Hipócrates toma especial importancia a la hora de cuidar nuestro corazón. Si apostamos por una alimentación equilibrada, ganaremos en salud cardiovascular. En este sentido y, una vez más, la dieta mediterránea juega a nuestro favor.
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